Caza, prieto picudo y buenamesa en Pajaresde los Oteros

En mayo del 2.004 el Ayuntamiento de Pajares de los Oteros presentaba un macroproyecto cinegético que pretendía relanzar el turismo rural en el corazón del ya extinguido coto social del Los Oteros apoyándose en tres pilares básicos: La caza menor, pues no en vano esta comarca de cuetos y barcillares presenta las mejores condiciones para recuperar la tradicional riqueza perdicera, el vino ya que Pajares se considera cuna de la variedad más genuina de las tierras de León, el prieto picudo, y la gastronomía. Tras casi un año de trámites y promesas poco se ha avanzado en este proyecto que en su día contó con el beneplácito de las administraciones provinciales y autonómicas. Pese a todo Julio Fernández, el alcalde, conserva viva a esperanza de lograr financiación suficiente para materializar una idea sin duda ilusionante. El término de Pajares de Los Oteros se extiende sobre una superficie ondulada de campiñas y oteros que le han dado su nombre. La naturaleza arcillosa del terreno ha permitido que la escorrentía haya labrado con el tiempo algunas cárcavas y valles en los que la perdiz roja encuentra su habitat ideal. La pervivencia del cultivo de viñedo, con las ya tradicionales cepas viejas de prieto picudo, han contribuido a mantener las poblaciones de «patirrojas» en unos tiempos especialmente duros para la especie. Precisamente en esta campaña, en que la crisis perdicera se ha puesto de manifiesto de forma alarmante, esta zona, que también ha acusado la crisis, está manteniendo algunos bandos de la poderosa perdiz roja autóctona que le dio fama no hace muchos años cuando el coto social era la envidia del mundo cinegético a nivel nacional. Guisos tradicionales Para Julio Fernández la caza, más que un fin, debe ser un medio para potenciar la riqueza basada en el turismo rural y la industria del vino. De poco sirve disponer de un buen coto de caza, en el que existe cola para hacerse socio, si los cazadores se limitan a llegar, cubrir el cupo si pueden y comerse el bocadillo antes de volver a casa. «La caza a la cazuela» es el lema elegido para las jornadas gastronómicas que se han puesto en marcha aprovechando el puente de la Inmaculada desde el ocho al once de diciembre. Montse, la propietaria del bar Pajares presenta interesantes menús con guisos tradicionales en los que aparece la caza menor, perdiz, liebre, paloma y conejo de monte junto con la caza mayor constituida por jabalí, venado y corzo. Las setas de la tierra y los postres caseros, todo ello bien regado con el vino prieto picudo de Pajares son buenas razones para que, los aficionados a ese tipo de platos, se dejen caer por Pajares de los Oteros. La posibilidad de visitar alguna de las tradicionales cuevas excavadas en la arcilla, y de adquirir unas botellas de vino de aguja son otra buena razón. Entrantes de patés de caza, primeros platos de arroz con pichones, alubias con liebre o pimientos rellenos de jabalí y segundos con nidos de perdiz escabechada, conejo de monte con pasas o chuletas de venado con setas al vino tinto pueden dar gusto al paladar mas exigente. El Ayuntamiento de Pajares colabora en estas jornadas que se celebran su séptima edición tras el notable éxito de las seis precedentes.