Diario de León

El Huracán paga con una dura derrota los caprichos de Simón (1-0)

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Roberto Arias - león
León

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Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Este simple dicho popular viene a resumir el partido entre la Cultural B y el Huracán Z, y es que los despropósitos de Simón Pérez, técnico trepalense, los pagó el equipo de Trobajo del Camino ante un filial al que le faltaban cuatro de sus puntales. Ayer el equipo culturalista con sólo mantener una línea defensiva coherente y un centro del campo presionante le ganó la partida a uno de los equipos favoritos para meterse entre los cuatro primeros clasificados que en esta ocasión anduvo a la deriva los noventa minutos, con sus hombres completamente descolocados y fuera de sitio, unas líneas excesivamente separadas que facilitaban la labor de contención de su adversario y una delantera inexistente ante la ausencia de balones, aunque en la primera mitad disfrutó de dos ocasiones para haberse adelantado en el marcador. Pobre bagaje para un equipo que quiere luchar por el ascenso. Con Chus en el lateral izquierdo y Soto en la grada, Valderrey colocado en la banda derecha y Josines en el banquillo, para en la segunda parte y tras la entrada de Ballesteros por Alfonso, al que también colocó por la derecha, alternó su posición con Dani, Alberto de enganche sin apenas tocar balones y un galimatías táctico impresionante, sucedió lo que tenía que suceder: la Cultural B se anotó la victoria al aprovechar Medina la única ocasión que creó a lo largo del partido, para después dedicarse a mantener al renta adquirida con una ordenada defensa y tímidos intentos de salir al contragolpe. El Huracán desperdició una buena ocasión para haber derrotado al filial por vez primera en su feudo, y es que la Cultural B tuvo que afrontar el encuentro sin Aller y Murci, convocados con el primer equipo; y sin Conde y Jairo, ambos por sanción. A pesar de ponérselas como a Felipe II el equipo trepalense anduvo errático, perdido sobre el rectángulo de juego y sin saber, o al menos esa sensación dio desde fuera, sus futbolistas los que tenían que hacer. Para más inri, y tras encajar el gol en el minuto 53, la acumulación de jugadores ofensivos terminó por atascar la escasa fluidez existente en el ataque, hasta el punto de estorbarse unos a otros, cuando una colocación lógica sobre el campo y unos cambios adecuados podrían haber sido suficiente para darle la vuelta al resultado, a pesar del buen trabajo del conjunto culturalista, pero esta vez Alejandro Gómez le ganó claramente la partida a Simón Pérez. Quizá el exceso de plantilla le jugó en esta ocasión una mala pasada al técnico trepalense en su afán de realizar rotaciones a pesar de jugar una sola competición, pero a veces el tener mucho donde escoger puede ser muy malo.

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