Un gol en 48 segundos y se acabó para la Cultural (1-0)

A la Cultural no le van bien los resultados, pero trabajar contra corriente resulta muy complicado, más si cabe cuando la suerte no está de tu lado. La fortuna quiso ayer jugar una mala pasada al equipo de Álvarez Tomé, que llegó a tierras vizcaínas muy concienciado, responsabilizado y presionado por su situación clasificatoria, y antes de que pudiera disfrutar del terreno de juego del campo de La Florida ya había encajado un gol. No pudo comenzar mejor el partido para el Portugalete, dado que en la primera jugada, a los 48 segundos de juego, un saque de esquina de Mario lo cabeceó a la red Larreina para establecer el que sería el tanto definitivo del partido, el que llevó los tres puntos al casillero portugalujo ante la desesperación del conjunto leonés. Un mazazo muy fuerte para un equipo que se mostró generoso en la entrega, aunque poco atinado en el remate. La Cultural llegaba al feudo vizcaíno presionada por la situación clasificatoria y sabía que no podía fallar. Encajó bien el duro golpe, no se vino abajo y demostró que tiene calidad en sus botas para desplegar un buen juego. Superó a los jarrilleros y buscó con insistencia la portería de Txemi, bien es verdad que tampoco la fortuna estuvo ayer de su lado. En la ocasión más clara, una rápida jugada de Javicho en combinación con Rubén Suárez, éste último dejaba un balón de oro al debutante Murci, que lo estrelló en el poste cuando lo tenía todo a su favor. Las internadas por las bandas se convirtieron en una pesadilla para la defensa local y quizá la mejor arma de los leoneses en el encuentro. Sin embargo, los centros sobre el área no encontraron rematador y sólo sirvieron para mantener en jaque a los vizcaínos para intentar mantener el marco imbatido. Hubo más ocasiones para los hombres de Álvarez Tomé en lanzamientos sobre la portería que no encontraron la dirección correcta o los detuvo Txemi. Tampoco en las jugadas a balón parado encontraron el bálsamo necesario para curar su herida y tuvieron que retirarse al descanso sin el premio al que habían hecho méritos. En la segunda mitad el partido cambio su tónica. El Portugalete pudo dar la puntilla a la Cultural al sorprender de salida con un disparo flojo de Urretxaga que sacó Casquero bajo los palos, pero después, los anfitriones prefirieron encerrarse en su parcela y esperar la oportunidad de sorprender en algún contragolpe. Este repliegue permitió a los leoneses adueñarse por completo del juego, tocaron cuanto el balón cuanto quisieron en la parcela central, pero se precipitaron en algunas acciones de las que podían haber sacado mayor partido. El último recurso que le quedó al equipo de Álvarez Tomé fue colocar a sus hombres más altos al borde del área local y buscar un juego, en ocasiones excesivamente directo, como forma de quemar las naves. Tampoco ahí encontraron fisuras en la zaga portugaluja y sus centrales Aurre y Cuco se convirtieron en un muro infranqueable ante el que todo el trabajo se volvía improductivo. La presión total sobre el Portugalete provocó momentos de desconcierto en la defensa local a cinco minutos del final y el gol del empate se veía cada vez más cerca. De hecho Rubén Suárez estuvo a punto de aprovechar un error defensivo, pero el portero Txemi se le echó encima y disparó contra su cuerpo. Tampoco Burgueña atinó en la salida de un saque de esquina. La Cultural no aprovechaba el desconcierto local y el Portugalete pudo reponerse a tiempo para asegurarse el triunfo. Con el paso de los minutos, la Cultural impuso su fuerza de voluntad para tratar de llegar a las inmediaciones del área contraria con la necesidad de salvar por lo menos un punto. Las llegadas hacia las inmediaciones de la portería contraria se sucedieron hasta el punto de que los jugadores del equipo local y los aficionados locales pidieron la hora al colegiado navarro Jaso Delgado en los últimos minutos del encuentro. Los culturalistas no acertaron en los metros finales, pese al trabajo del canterano Murci, que siempre batalló contra la cobertura vizcaína. Otra derrota y el bloque leonés se instala en los puestos peligrosos.