Diario de León

SIN AFANES POLÉMICOS

El barco y los elementos

Publicado por
MARTÍN
León

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LA FRASE histórica «No mandé mis barcos a luchar contra los elementos», bien podían repetirla en Ademar, para definir metafóricamente la derrota sufrida y consiguiente eliminación de la Copa de Europa frente al Portland. El barco ademarista, los elementos varios, con el viento huracanado de la lesión de Laluskas, que dejó al equipo sin lateral derecho y uno de los goleadores y jugadores destacados de los últimos partidos, y la parcial actuación de los árbitros islandeses, de cuyo nombre no quiero acordarme. Lo de ellos más que huracán fue galerna que hundió definitivamente al barco con un «cañonazo» por debajo de la línea de flotación, contra el que no pudo haber tiempo y maniobra capaz de evitarlo. Faltaban tan solo 15 segundos para el final del partido y los islandeses tomaron una más que peregrina decisión, pitar una supuesta falta, que sólo ellos vieron, cuando el balón estaba en poder de Ademar y Kjelling trataba de hacer un último lanzamiento. El peligro que entrañaba, para la portería navarra un lanzamiento del noruego había quedado patente a lo largo del partido. Total, una decisión más que extraña, comentada en la transmisión televisada como falta en ataque, calificada de muy rigurosa después de la repetición de la jugada y ulteriormente señalada por otros como juego pasivo... Viendo el partido -lo he visto dos veces por televisión- no se aprecia si la indicación de juego pasivo -mano alzada- fue advertida por uno de los árbitros; aún así, es totalmente injustificable señalar una infracción de pasivo, a quince segundos del final, más cuando ella sentencia el resultado del encuentro y con el resultado la eliminación de Ademar. Estos dos «elementos» habían ya hecho a lo largo y a lo ancho del partido, un arbitraje sibilino, muy permisivo con el juego brusco de las defensas que proporcionó que el marcador no se moviera en los últimos quince minutos, cosa muy singular -incluso puede calificarse de la excepción confirmadora de la regla- en un partido de balonmano. Sabido es que los árbitros en los torneos europeos -fútbol incluido- suelen ser eminentemente caseros, pero los dos islandeses -de cuyo nombre sigo sin querer acordarme- se pasaron de largo, tanto que se erigieron en jueces y parte de la eliminatoria. Como la cuestión no tiene remedio, ahora sólo cabe esperar que el equipo no acuse la lógica frustración y sobreponiéndose a las adversidades de la importante lesión de Laluskas y a las flaquezas de los colegiados nórdicos, hagan frente al preocupante calendario que le espera hasta el parón navideño: desplazamiento a Altea, recibir al Portland -al Portland otra vez- en partido de Liga y ulterior desplazamiento, también liguero, a Irún con la defensa del cuarto lugar de la tabla en juego. Y aún quedará como postre, la disputa de la Copa Asobal. El barco culturalista naufragó en Portugalete. Un gol tempranero fue como esa estocada que basta en el argot taurino. Sigue el cuesta abajo, los cambios no dieron el efecto apetecido, la cola abre sus negras fauces cada vez más cerca, y el líder Salamanca dobla en puntos (y tres más) en la cabeza de la tabla de clasificación. La jornada tan solo nos dejó un rayo de luz con la victoria rotunda de Baloncesto León ante el Barrios, victoria que confirma su clasificación en los primeros puestos juntamente con el Drac Inca y La Palma Aqua Mágica.

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