Diario de León

Soldado salió para salvar un punto

Osasuna aguantó 75 minutos en el Bernabéu con uno menos por la roja directa a Puñal Valdo: «Roberto se mofó de mí» El Villarrea

Guti pugna por un balón con el leonés Valdo que se ayuda de la mano para desplazar al madridista

Guti pugna por un balón con el leonés Valdo que se ayuda de la mano para desplazar al madridista

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Daniel Roldán - madrid
León

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Roberto Soldado apareció para salvar un punto en el Santiago Bernabéu en la única jugada de mérito que hicieron los delanteros blancos. El Madrid fue incapaz de vencer a un conjunto que estuvo 75 minutos jugando con un futbolista menos por al expulsión de Patxi Puñal, quien propinó codazo a Roberto Carlos. Hasta ese momento, el partido comenzó como un duelo de poder a poder. Osasuna siguió con el manual que le ha llevado a la azotea de la clasificación. Primero las líneas bien puestas. Nada de florituras. Todos muy juntos y colocando la defensa muy adelantada. Después, presión constante, agobiante. No dejar que el rival saqué el balón con facilidad. Y en el Madrid eso era un problema. Con los multiusos Sergio Ramos y Guti como conductores del juego, el Madrid sufría ante el agobio constante de los pamploneses. La única solución era darle el balón a Beckham para que empezara su recital de balones colgados con la precisión de un francotirador. El partido era bonito, con los rojillos subiéndose a las barbas del grande. Pero llegó la entrada de Roberto Carlos a Valdo. Con una pierna, el brasileño le quitó al leonés la pelota; con la otra, lo lesionaba. Era una de esas 'caricias' que el brasileño reparte para marcar su terreno, para decirle al contrario que el veterano es él. Los osasunistas se equivocaron y entraron en el juego. Los ánimos se crisparon, sobre todo los de otro hombre curtido en mil batallas. Puñal, uno de los sostenes del centro del campo rojillo, perdió los papeles y dejó su codo en la nuca del lateral blanco. Entonces empezaba el otro partido. Las patadas y los malos modos encerraron al toque y al buen fútbol en el sótano del Bernabéu; y los dos equipos tiraron la llave. Preferían el fútbol guerrillero, el de cortes constantes y faltitas que destrozan el juego. En esa situación, los pamploneses tienen muchísima más experiencia que el Madrid, al que se le empieza a notar los cambios del nuevo técnico, López Caro. El conjunto está mejor colocado, aprovechando la anchura y la largura del campo. Pero sigue con los mismos problemas. Nadie se ofrece y los balones al hueco brillan con su ausencia. Acoso y cansancio Con diez, Osasuna dejó a Milosevic sólo en ataque. El serbio realizó una magistral lección de cómo aguantar un balón hasta que tus compañeros. Estuvo impresionante, hasta que el físico le aguantó. A él y a todos los pupilos de Aguirre. Con diez, Osasuna se fue poco a poco apagando, retrocediendo posiciones. El Madrid, entonces, se hizo con el partido. Sin embargo, era incapaz de encontrar la manera de romper a los navarros. Con un fútbol básico, de pase largo a la frontal del área, era muy difícil hacer puerta. La otra opción era los pases de Beckham, que rozó la veintena de balones colgados. Pero así, tampoco. Los centrales no tenían ningún problema en parar un fútbol tan plano, en el que nadie se movía ni se ofrecía al conductor del balón. El Madrid no carburaba, no veía puerta. Osasuna sí. El tanque serbio curtido en mil batallas no faltó a su cita con el tanto en el Bernabéu. Ya había anotado en la goleada del Zaragoza hace años y repitió este domingo. Era lo que le faltaba al Bernabéu, que un equipo con diez venciera al Madrid. Pero entonces, los 'galácticos' se acordaron de su condición. Y en la única triangulación que realizó el equipo de López Caro, Soldado logró el empate. Un gran pase de Guti a Zidane, el francés lo transformó en un pase que el canterano transformó. Segundo gol salvador de Soldado. El primero ante el Olympiacos en 'Champions' le dio la victoria. El segundo, salvó el debut de López Caro en el Bernabéu. Y Osasuna pierde el coliderato en su pulso con el Barcelona. En cualquier caso, el Osasuna, con su espectacular empate en el Bernabéu, donde resistió durante 75 minutos con diez hombres, demostró que es capaz de mantener el pulso del Barcelona, a quien nueve victorias consecutivas no le han servido más que para despegar en dos puntos al equipo del mexicano Javier Aguirre. Osasuna incluso soñó con el triunfo en Madrid, pero su empate es igual de meritorio y lo que es mejor, sabe a victoria.

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