No pudo ser

CONFIESO QUE cuando finalizado el partido Cultural-Real Unión con pírrica victoria, me encaminaba hacia el Palacio de los Deportes -a menos de cien metros de distancia-, me las prometía muy felices, incluso pensaba en la titulación de esta columna, como «Nuevo pleno», o «Regalos de Navidad»; pero Baloncesto León, con una sorpresa inesperada, rompió todos los esquemas. Ademar había hecho «la machada» de derrotar a Pórtland, y la Cultural, en un final realmente agónico, derrotando al Real Unión. Pocas veces la dicha es completa; pero en la misma frontera de la Navidad uno pensaba sentirse feliz y con los mejores deseos felicitar a los integrantes de los equipos. La felicitación y los mejores deseos para todos, siguen haciéndose patentes, aunque la alegría, en las vísperas, no sea completa. Pero entremos en materia. Ademar firmó, ante el «gallito» Pórtland, una victoria de las que hacen afición, con sus armas características: Garra, corazón, indomable afán de lucha. Todos se dejaron la piel y alguno, como Castresana, se llevó en su anatomía señales evidentes de la pelea que había hecho. Reafirmo que todos pusieron mucho en esta victoria que se buscaba con ahinco por varias causas: el desquite de la injusta eliminación de la Copa de Europa, la necesidad de sumar dos nuevos puntos para seguir marcando distancias con los inmediatos seguidores, Granollers y Valladolid, el amor propio herido, el deseo de proporcionar a los fieles e incondicionales seguidores una gran satisfacción. Y a fe que lo consiguieron, por añadidura a buena ley. Siempre llevaron la iniciativa en el juego y prácticamente en el marcador. El equipo jugó como conjunto, bien en ataque y muy bien en defensa donde, dentro del esfuerzo común, destacaron Héctor, Colón, Prendes y Morros. Brillantes en ataque y en defensa; como consecuencia del buen hacer defensivo, las estadísticas indican la superioridad de los porteros de Ademar (30% para Jorge y Mirko, y 27% para Kasper y Svensson). Y es que el hacer de los porteros depende del acierto de la defensa. Ademar tiene ahora una nada fácil papeleta en Irún, frente al Bidasoa, último partido de la primera vuelta, después jugará la Copa Asobal, para llegar al largo paréntesis, de más de un mes, motivado por la disputa del Campeonato de Europa. Veleidades de un calendario pleno de despropósitos.