Roberto Carlos niega las discrepancias El Madrid confirma la llegada en enero del lateral diestro Cicinho Parreira cree que el problema del equipo blanco es su defensa y no su técnico

El brasileño Roberto Carlos, lateral izquierdo del Real Madrid y de la selección brasileña, negó que existan discrepancias entre los jugadores del club español y que a ello obedezca la actual crisis del equipo madridista. «No existe nada de eso. El ambiente entre los jugadores es bueno. Todo el mundo respeta a los brasileños», dijo el lateral en una entrevista colectiva que concedió ayer en Sao Paulo para promover un partido de beneficencia que está organizado con su compañero Robinho. Roberto Carlos negó versiones de prensa según las cuales existiría una división entre los jugadores brasileños y los españoles del Real Madrid desde que los primeros defendieron la permanencia del técnico Vanderlei Luxemburgo, destituido hace 20 días. Sobre Luxemburgo, el campeón mundial dijo que, a pesar de la confianza que todos tenían en él y de su buen trabajo, los resultados no aparecieron y eso es algo que el club español no acepta. «La salida de Luxemburgo obedeció exclusivamente a los resultados. Apenas eso», afirmó el lateral. «El Real está en una situación complicada porque los resultados no aparecen. Pero estamos trabajando bien y vamos a mejorar en la cancha para poder vencer», dijo. El jugador afirmó que confía en la recuperación del Madrid en la liga pese a la gran diferencia, de once puntos, que ya le sacó el Barcelona en la clasificación. En cuanto a las declaraciones del ex director de fútbol del club Arrigo Sacchi de que Julio Baptista y Robinho no habían conseguido adaptarse al club por estar con la autoestima baja, Roberto Carlos advirtió que jugar en el Real Madrid es difícil para cualquiera. Una hora después de presentar a Benito Floro como sustituto de Sacchi y de que el asturiano mostrase su deseo de que el equipo se españolice, el Real Madrid anunció en su web el fichaje de Cicinho por cinco años. Lateral derecho internacional a sus 25 años, se convierte en el primer refuerzo de este invierno para los blancos y en el quinto brasileño a las órdenes de Juan Ramón López Caro, tras Roberto Carlos, Ronaldo, Baptista y Robinho. Reciente campeón del mundo de clubes con el Sao Paulo, tras vencer en la final al Liverpool, se incorporará al equipo blanco tras el parón navideño, el próximo 29 de diciembre. Su estilo responde al del clásico lateral brasileño tipo Cafú, con rapidez, desborde, notable proyección ofensiva y gol. Equipos como el Manchester, el Juventus, el Milan o el Inter también se interesaron por él. El curso pasado se convirtió en una de las principales armas ofensivas del Sao Paulo, donde anotó 9 goles y se erigió en el segundo máximo artillero del equipo. Incluso marcó el gol 10.000 en la historia de la Libertadores. Habitual ya en las convocatorias de Carlos Alberto Parreira, que le llamó por vez primera en abril de este año, antes de llegar al Sao Paulo jugó en el Botafogo y en el Atlético Mineiro. Curiosamente, participó en un popular programa brasileño cazatalentos del fútbol, al que fue a impartir unas clases sobre cómo tratar el balón. Cassano, más cerca, por Raúl El próximo refuerzo puede ser el delantero italiano Cassano. Las negociaciones se encuentran muy avanzadas y un emisario del club merengue se encuentra en Roma negociando con el agente del futbolista, a fin de intentar cerrar su traspaso hasta el 2010. Cassano, con fama de buen ariete pero a la vez polémico, sustituiría a Raúl si no se recupera de su lesión de rodilla y no puede evitar el quirófano. El seleccionador brasileño, Carlos Alberto Parreira, lamentó la destitución de Vanderlei Luxemburgo como técnico del Real Madrid y aseguró que el problema del club español está en la defensa y no en el entrenador. «Quien entiende de fútbol sabe que el problema del Madrid no era el entrenador y sí atrás (en la defensa)», afirmó Parreira en declaraciones publicadas ayer por el diario O Globo. El técnico de la selección brasileña afirmó que existe un gran desequilibrio en el club madridista debido a la contratación de grandes jugadores para el sector ofensivo y atribuyó a ello la distancia en la clasificación que ya existe entre el Barcelona y el Real Madrid. «No es un equipo equilibrado y cualquier técnico tendrá problemas. Los propios jugadores reconocen eso. Vanderlei no tiene ninguna culpa», afirmó. Parreira, que cree que la destitución de Luxe no afecta el prestigio de los brasileños en el exterior y destacó el hecho de que en el próximo Mundial habrá cinco entrenadores de su país.