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Una temporada histórica

León tuvo por primera vez tres profesionales en el pelotón: Ivan Santos y Víctor Gomes se sumaron a Javier Pascual, y en el 2006 se les unen Sergio Bernardo y Jorge Nogaledo

El berciano Sergio Bernardo en el podio de la Vuelta a León de este año

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O. Marrón - león
León

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El ciclismo leonés deja escrita en el 2005 una página en la historia del deporte de la provincia. Al nombre de Javier Pascual Rodríguez unieron el suyo en la categoría profesional Iván Santos y Víctor Gomes: por primera vez León pudo presumir de tener tres efectivos en la élite mundial de este deporte. Una circunstancia que redondeó la noticia de que en el 2006 serán cinco: en noviembre se conoció que otra gran promesa, Sergio Bernardo, se unirá a ellos a partir de enero, en el Recer-Boavista portugués; y hace unos días que Jorge Nogaledo regresa a la élite en la que ya estuvo una temporada hace tres años, que repetirá en el Paredes Rota dos Movéis (PRM) luso en el que militó ese año. Al final de la temporada 2004, cuando aún no se conocía que el pelotón leonés abría un año para la historia, Javier Pascual (Comunidad Valenciana) encaraba su undécima temporada en la élite internacional lamentando que no existía un «pelotón leonés», que sentía envidia de corredores de otras provincias que «disputaban» la general de su tierra en las carreras a las que acudían. Sólo un poco después el Liberty Seguros-Wurth de Manolo Saiz, en el que nombres Roberto Heras, Joseba Beloki, Allan Davis y otra veintena de grandes corredores estrenaban la UCI Protour con el marchamo de equipo favorito, anunciaba que un corredor de Puebla de Lillo de 23 años que militaba en el filial pasaba a la plantilla profesional. Iván Santos se convertía en el segundo ciclista profesional leonés tras Pascual. Desde que Nogaledo estuviera en el 2003 en el PRM no se daba esa suma. A mediados de enero se redondeaba el pelotón leonés: el campeón de Castilla y León del 2004, Víctor Gomes, también daba el salto. El de Villaseca de Laciana fichaba por el Andalucía-Paul Versán, un equipo nuevo de la categoría continental que buscaba promesas para en cuatro años llevar el equipo a la liga Protour. Y de momento el 2006 asciende a la continental profesional, un escalón por debajo. Gomes fue el primero en debutar, casi sin entrenar y sin apenas conocer el equipo y a sus compañeros. Pero llegó con toda la ilusión. Una alegría que luego se difuminó un poco cuando llegado marzo la falta de previsión del equipo, quizá por su condición de novato también en la élite, impidió al lacianiego llegar en forma a las citas en las que acudió. Comenzó a correr sin haber hecho apenas kilómetros de entrenamiento, y las carreras de enero, febrero y marzo no fueron lo que él y todo el mundo esperaba: tuvo que parar para coger la forma, ponerse «fino» como dicen en el argot ciclista. Esta circunstancia le hizo perder quizá la mejor parte de la temporada, por falta de planificación. Cuando llegó a la plenitud, apenas pudo disputar dos carreras de verano, en las que brilló, sobretodo en una cita en Portugal, donde llegó a ser líder un día. Lo peor para él llegó no obstante a finales del 2005. La Junta de Andalucía, primer patrocinador, recortó presupuesto, pidió más corredores de la región (el 75%) y quedó fuera de los planes del equipo. Aunque las penas le duraron poco a Gomes, que enseguida recibió ofertas del Spiuk y de una nueva escuadra burgalesa, el Viña Magna-Copru, que en el 2006 tendrá equipo profesional. A primeros de diciembre firmó y el año que viene será «de la partida» de los grandes del ciclismo español. Iván Santos, por su parte, siguió un camino completamente distinto. El hecho de firmar por un equipo grande como el Liberty le ha significado menos presión y mayor y mejor planificación de su temporada. Manolo Saiz sólo le pidió trabajo, esfuerzo y que aprendiera. Le planificó un año de adaptación al equipo y a profesionales, y lo incluyó en el equipo «de los jóvenes», con Davis, Luis León Sánchez, Alberto contador o Koldo Gil: en algunas carreras la media de edad no superaba los 25 años. El de Lillo tuvo no obstante una temporada de debú en la élite bonita. El pertenecer a uno e los cuatro o cinco mejores equipos del mundo le permitió incluso disputar algunas de las mejores pruebas internacionales. Como muestra un botón: la Lieja-Bastón-Lieja o la París-Roubaix. Pero algo tenía que ponerse en contra quizá: una gastroenteritis afectó a medio equipo antes de disputarlas y tuvo que bajarse de la bici sin completarlas, tras colaborar lo que pudo con el equipo. Después apenas corrió algunas carreras, con el equipo enfrascado en Tour, Giro y Vuelta, aún sin sitio para él entre los de la partida. Eso sí, con la esperanza de no defraudar y de a se posible entrar ya en el 2006 en alguna de estas grandes citas: en la jornada de descanso de Vuelta a España, en León, Manolo Saiz le auguró un gran futuro: «Será el próximo Leanizbarrutia».

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