Aquel míster que llegó al Amilivia
Guardiola y Lillo, el entrenador que comenzó a brillar desde el equipo leonés, sellan su amistad en México como futbolista y el técnico del Culiacán
El futbolista español Josep Pep Guardiola y su compatriota y técnico Juan Manuel Lillo formarán parte desde enero del mismo equipo, los Dorados de Sinaloa, en México, un lugar para sellar su amistad después de haber intentado otros proyectos en común que no salieron adelante. Pep Guardiola, de 34 años, ex capitán del Barcelona, viaja a México el 2 de enero, tras su participación este mismo miércoles en el amistoso Cataluña-Paraguay, para ponerse a las ordenes de Lillo, en el club de la ciudad de Culiacán, fundado en 2003 y que se llama Dorados en honor a estos peces del Golfo de California. Lillo, el ténico de 40 años que hace más de una década comenzó a darse a conocer en la Cultural como entrenador en Segunda B para después hacer grande al Salamanca y pasar por varios equipos de Primera, es un enamorado del fútbol espectáculo, uno de los últimos románticos de este deporte. Mientras que Guardiola, pese a que nunca estuvo a sus órdenes, siempre mostró admiración por sus conceptos. Esta amistad entre Guardiola y Lillo nació de manera casual en septiembre del año 1996. El Barcelona ganó al Oviedo, un equipo entrenado por el vasco, pero el centrocampista quedó tan sorprendido por el juego abierto del conjunto asturiano, que sintió curiosidad por conocerle y lo esperó a la entrada del vestuario. Cuando Juanma Lillo se hizo cargo del equipo de Culiacán, el pasado octubre, a Guardiola le empezó a rondar la idea de realizar su sueño de coincidir con el técnico vasco, el que más se asemeja a su manera de concebir el fútbol. De este modo, Guardiola, que tras dejar el Barça estuvo en Italia (Brescia y Roma) y en Qatar (Al Ahly), y se sacó este año el título de entrenador, sigue su carrera en México, después de rechazar ofertas del Manchester City y el Wigan ingleses. «Tengo ganas de seguir jugando y tengo la oportunidad de conocer el fútbol de Latinoamérica, algo que me apetecía mucho desde hace tiempo. Además, tendré a un buen amigo, que es Juanma Lillo. Nos conocemos tanto que cuando me lo propuso, acepté rápidamente, sin pensarlo», declaró Guardiola a Marca . Por su parte, Lillo dice estar encantado con la llegada de su amigo. «Pep no viene conmigo por amistad, sino por convicción y capacidad, pues aún puede jugar un muy buen fútbol», explicó el técnico. La experiencia del entrenador en México, donde salvó a los Dorados del descenso cuando iban penúltimos, está siendo positiva. Guardiola podría haber sido el director deportivo del Barcelona si Lluís Bassat hubiera ganado las elecciones presidenciales del club catalán el año 2003. La idea del otra vez jugador hubiera sido colocar a Lillo como técnico. Pero el ganador fue Joan Laporta, que se decantó por el también ex barcelonista Txiki Begiristain y por Frank Rijkaard . Lillo, un estudioso del fútbol, con mas de 2.000 libros sobre la materia en su biblioteca, acabó dirigiendo al Ciudad de Murcia y al Terrassa, de Segunda. Ahora, después de su primer encuentro personal en 1996, el décimo aniversario de la amistad entre Lillo y Guardiola lo celebran ambos en México.