Diario de León

El conejo de monte se recupera

Las poblaciones del prolífico roedor, antaño tan abundante en nuestros campos, se han estabilizado en algunas zonas y están experimentando un ligero crecimiento en otras

Pedro Cabezas, de Laguna de Negrillos, con sus perros y las piezas abatidas durante una cacería

Pedro Cabezas, de Laguna de Negrillos, con sus perros y las piezas abatidas durante una cacería

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Pedro Vizcay - león
León

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La ligera recuperación del conejo de monte ha supuesto un cierto alivio en una temporada de caza menor francamente mala. Parece que las poblaciones del prolífico roedor, que antaño colonizó gran parte de los cotos de caza, se han estabilizado en algunas zonas y está experimentando un ligero crecimiento en otras. El incremento de las poblaciones de conejo es una buena noticia tanto para el mundo cinegético como para el medio ambiente en general, ya que constituye una pieza clave para la alimentación de gran número de predadores. Zorros, águilas y otras rapaces se alimentan habitualmente de conejos, especialmente cuando estos adquieren enfermedades que les debilitan y son así una presa fácil. La abundancia del roedor significará que la presión sobre otras especies como la perdiz o la liebre se reduzca con el consiguiente beneficio para éstas últimas. La mixomatosis y más tarde la hemorragia vírica causaron estragos en las poblaciones de conejos hasta el punto de conseguir su extinción total en algunas zonas. Los planes de recuperación han conseguido reintroducirlo con éxito en algunos acotados en los que, sin lograr la densidad que tuvo antaño, pueden ser objeto de caza controlada. En otros lugares, sin embargo, las repoblaciones han fracasado totalmente pese a los esfuerzos realizados por las sociedades de cazadores. Para que una repoblación resulte eficaz son necesarios varios requisitos. En primer lugar el paraje ha de ser propio de conejo, con monte bajo, cuestas o cárcavas. Preferentemente se utilizarán las zonas donde siempre los hubo y que conservan sus madrigueras que, previamente, serán desinfectadas. En segundo lugar se utilizarán animales totalmente salvajes, previa vacunación, procedentes de descastes en zonas donde ello esté permitido. Los animales de granja suelen dar malos resultados. En tercer lugar y muy importante ha de hacerse una limpieza previa de predadores. Las técnicas utilizadas para repoblar son múltiples y variadas. La utilización de vivares artificiales, enterrados pero con fácil acceso, a la vez que les sirven de protección permiten el control periódico de las poblaciones. Cerrar la zona con una vaya cinegética durante algún tiempo servirá también para protegerles hasta que se familiaricen con el terreno y comiencen a expandirse. En otras ocasiones es suficiente enterrar algunos tubos y acumular cepos o rocas para que ellos mismos vayan fabricando sus propias madrigueras. La proximidad de zarzales o monte bajo de encinas y escobas será de gran ayuda. A partir de una cierta altitud las laderas de solana son más adecuadas que las umbrías, aunque en ocasiones el propio animal se desplaza unos cientos de metros en busca de la ubicación en la que se encuentra mas a gusto. Si la repoblación resulta exitosa enseguida comenzarán a verse pequeños gazapos que, a partir del primer mes, ya abandonan el vivar. Una coneja puede dar entre cinco y seis camadas al año, siempre que no escasee el alimento. Las camadas, dependiendo de la edad de la madre, suelen ser de seis o más gazapos. Las hembras son fértiles a partir del tercer mes de vida, lo que da una idea de las posibilidades de expansión de la especie que, en algunos momentos fue considerada un auténtica plaga. Los incendios forestales o las quemas de zarzales y linderos afectan al conejo de forma muy negativa, ya que tienden a encuevarse y mueren por asfixia. Desde el punto de vista puramente cinegético la caza del conejo resulta sumamente divertida pese a que se concentra en las horas matutinas. Se disparan muchos tiros y son precisos reflejos y puntería. El concurso de perros de rastro, como el podenco portugués, facilita mu cho esta caza.

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