DAKAR
El desierto mauritano zanja las opciones de Carlos Sainz El riesgo de un exceso de relajación
El madrileño pinchó en unas piedras y Coma consolidó el liderato
Carlos Sainz está acostumbrado a sufrir en las carreras, pero quizás no tanto como en el Dakar, que le ha enseñado su cara más cruel en sólo dos días. El viernes se despidió de cualquier posibilidad de triunfo, y sufrió demasiado en la pista con la dirección asistida rota durante 80 kilómetros sobre hierba de camello, antes de llegar a Atar. Pero lo peor aún estaba por llegarle. Cuando había recorrido solamente 26 kilómetros de la especial de este sábado, llegó a un punto donde había una inmensa duna, y su Volkswagen no podía ascender. El madrileño retrocedió marcha atrás para coger más impulso, metiéndose en una zona de piedras, y tuvo que llegar por carretera al final de la octava etapa, a Nouakchott, capital de Mauritania. «Cuando he querido coger más impulso para saltar la duna, me he metido en una zona de piedras y hemos pinchado una rueda trasera», explicaba el madrileño desde Atar. «Después de reparar el pinchazo hemos intentado subir, pero ha cedido el embrague y ya no había nada que hacer. Solamente esperar al camión de asistencia, que no ha tardado mucho en llegar, ya que estábamos relativamente cerca de la salida», se lamentaba Sainz. «A la vista de la avería hemos decidido regresar a la salida y reparar el coche para seguir hasta Nouakchott, aún no sé si siguiendo la especial, para intentar continuar en carrera, o por carretera, aunque nos sancionen por no pasar los controles de paso y convertirnos en asistencia rápida para nuestros compañeros durante el resto de la prueba. Aún no sé cómo haremos», comentaba Sainz a media tarde, todavía en Atar, donde le estaban reparando el coche. La crueldad del Dakar la vivió Sainz en sus carnes, y ahora ya sabe lo que es tirar de pala sacando arena, dormir en el suelo, y sufrir como nunca lo había hecho en el Mundial de rallies, ni en su época más dura, cuando corría y ganaba pruebas como el Safari en Kenia. En coches la etapa la ganó Magnaldi (Schlesser-Ford), seguido del Volkswagen de Miller y de Peterhansel (Mitsubishi), que ha ascendido a la primera posición de la general por tan sólo 22 segundos de ventaja sobre su compañero de equipo, Luc Alphand. Los Mitsubishi dominan a los Volkswagen, que siguen con problemas de todo tipo, y en dos días han perdido todo lo ganado en la primera semana de carrera. En la general el mejor Violkswagen es el del surafricano De Villiers, tercero, a casi media hora, mientras que Nani Roma está a tres cuartos de hora de Peterhansel. Coma se afianza En motos, David Casteau (KTM), escudero de Isidre Esteve, se adjudicó su primera victoria de etapa en un Dakar, seguido de Blais, Despres, el propio Esteve y Coma, que conserva su posición de líder. No parece que haya nadie capaz de hacer sombra a Coma, a no ser que Esteve dé un golpe de mano en los próximos días.