Piloto
«Soy muy cabezón y no me rindo mientras pueda seguir»
El madrileño afirma que es duro continuar sin opciones, pero que lo hace para acumular experiencia pensando en futura s ediciones
El Dakar cumplió su jornada de descanso en Nuakchot donde aún estaban llegando participantes, tras haber pasado una noche dantesca en el desierto. Entre los que estuvieron parte de la noche en el desierto se encontraba Carlos Sainz, que tras reparar su coche volvió a la pista para hacer los 508 kilómetros de la especial. Fue una jornada larga para el madrileño, que tardó 12h52m02s en completar la etapa. Acabó en el puesto 100, a 7h51m06s del ganador, y ahora es 17º de la general, a 8h09m43s de Peterhansel. -¿Cómo ha sido la experiencia en lo que va de Dakar? -El inicio fue más bien sencillo. Un poco pesadas las verificaciones y el papeleo, pero hay mucha gente y eso que lo tienen bien organizado. Las etapas europeas, e incluso las primeras de Marruecos, no eran muy diferentes a lo que te encuentras en algunas pruebas del Mundial de rallies. -¿La entrada en Mauritania fue un rumbo a lo desconocido? -La verdad que sí. Yo no había estado nunca en Mauritania. Las pruebas que habíamos hecho las llevamos a cabo principalmente en Marruecos, pero en Mauritania las cosas son diferentes, aunque la arena y los desiertos puedan parecer iguales. -¿Le ha sorprendido lo que ha encontrado? -Ya dije desde el principio que venía con humildad y a aprender, y estoy aprendiendo mucho. Si sigo adelante es por eso, para conocer todo el rally. En las dunas no es cuestión de saber pilotar o ser más rápido. Lo que cuenta es la experiencia. El tipo de arena varía mucho, el color, y conocer todas esas cosas es fundamental, ya que por el color puedes saber si está más dura o más blanda, y después la suerte tiene una gran importancia. Es una mezcla de experiencia, suerte y sobre todo de tener mucha paciencia. Sin duda los problemas de embrague vinieron a consecuencia de la jornada anterior, donde para salir de las dunas sufrió mucho. -¿La experiencia es fundamental? -Efectivamente. Muchos recuerdan que Vatanen ganó en su primera participación en 1987, pero entonces las cosas eran muy distintas y la competitividad no era tanta. Ahora hay mucha competitividad. No hay más que ver los tiempos en que estábamos el día 5, cuando perdimos el liderato por 22 segundos. Sin embargo, en las dos jornadas siguientes todo se fue al traste. La experiencia es clave, y para conocer bien la prueba hay que hacerla entera, aunque sea en posiciones retrasadas. Por eso quise hacer la especial, sin saltarme un control, y la verdad que el espectáculo en el desierto era dantesco, con luces por todas partes. El Dakar de noche es otra aventura. -¿Es lo más duro en carrera? -No exageremos. Para mí ha sido duro, pero llegué. Sin embargo, para los que están en el desierto aún sí que es realmente duro. Los que no tienen un equipo oficial detrás, los que van en moto solos... Para esos sí que es una experiencia dura. -¿Puede hacer una valoración de la prueba? - Me queda mucho por descubrir, y las valoraciones llegarán al final. De momento voy descubriendo la carrera día a día. Es difícil seguir cuando sabes que has perdido toda opción de estar bien clasificado. Eso es lo peor. Hay que tener paciencia, muchas ganas. Yo soy muy cabezón y lo que me propongo lucho hasta el final. No me rindo mientras pueda seguir adelante. El Dakar es un reto apasionante.