Contra Gil y Cerezo

IGUAL QUE ocurría en el año del descenso a Segunda, el estadio Vicente Calderón amaneció este domingo con numerosas pintadas en su fachada contra la familia Gil y el presidente Enrique Cerezo, a quien parte de la afición culpa de los constantes fracasos del Atlético. «Cerezo, vete ya», «48 entrenadores en 16 años», «El Calderón no se vende» y «Los Gil, igual a cáncer», son algunas de las frases que esta mañana se pudieron leer en las paredes del feudo rojiblanco, antes de que empleados del club procedieran a borrarlas. Las pintadas venían firmadas bajo las siglas GS e inicialmente fueron atribuidas a miembros radicales del Frente Atlético. Sin embargo, enseguida esta peña se desvinculó por completo de los carteles y aseguró que estas siglas corresponden al denominado Grupo Salvaje, al que a su vez relacionaban con la corriente Señales de Humo, principal opositora a los actuales gestores del club colchonero. Sin embargo, José Luis Sánchez Ayuso, máximo exponente de esta plataforma contra los Gil, desmintió tener relación alguna con las pintadas, aunque sí reclamó un cambio en la propiedad del club. Ayuso se desmarcó por completo del Grupo Salvaje y negó que sea algo así como el brazo ejecutor de la tendencia que lidera. El caso es que estas alusiones contra los dueños de la entidad llegan justo cuando el Atlético acabó media liga con tres puntos menos de los que a estas alturas tenía en la temporada del descenso. Cuatro victorias, siete empates y ocho derrotas en 19 encuentros, con diez partidos consecutivos sin ganar, explican las pesadillas de la afición rojiblanca. Al término de la 19ª jornada de la campaña 1999-00, el Atlético sumaba siete triunfos y ocupaba la decimocuarta posición de la tabla. Entonces, anotaba muchos más goles (31 por 18 de hoy), pero también encajaba en exceso (33 frente a 20). En aquella segunda vuelta, los números del equipo fueron a peor, ya que sólo fue capaz de ganar dos partidos, con nueve empates y ocho derrotas. Sumó 15 puntos ridículos que le condujeron a ese infierno que tan bien vendió la cúpula del club a través de diversas campañas publicitarias.