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La Deportiva pone en duda la hegemonía del líder (1-1)

Los bercianos encuentran el perfecto equilibrio entre la contención y el ataque antes de arrancar un punto más que merecido del Helmántico Cultural y Zamora negocian jugar el partido mañana o el mié

Publicado por
Ramón Díez - enviado especial | salamanca
León

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La Sociedad Deportiva Ponferradina realizó un espléndido partido ayer en el Helmántico ante un líder que hasta ahora apenas había encontrado oposición en su estadio. Sólo el Amurrio había logrado un empate en ese terreno y ayer los discípulos de Pichi Lucas bien pudieron haberse llevado los tres, si se juzgan las ocasiones de peligro ante el marco contrario. Quedó claro que el técnico y sus jugadores no bromeaban cuando afirmaron la semana pasada que iba a ir a ganar en Salamanca y sólo por acción y efecto de un balón rebotado en las botas de Deus, se terminaron dejando dos puntos en el Helmántico que habrían completado la machada. Que la Deportiva iba a plantar cara al líder era algo que pocos dudaban, pero que los blanquiazules llegaran a asediar el marco defendido por Felip en el último tramo de la primera mitad, después de haber gozado anteriormente de varias ocasiones diáfanas, era algo poco previsible a priori. Pichi nunca ha ocultado el cariño que profesa por su capitán Joaquín Bornes y por eso ayer optó por darle la titularidad pese al largo período de inactividad que presentaba debido a sus contínuas recaidas. El sevillano superó la prueba, uniéndose a toda una zaga expeditiva que apenas dejaba resquicio a los sensacionales jugadores con los que cuenta la Unión de medio campo hacia arriba. Debe quedar claro que pese al gran encuentro protagonizado por la Ponferradina, el cuadro local demostró ser, con diferencia además, el mejor equipo de esta categoría que se le queda manifiestamente pequeña tomando como base el fútbol que destilan gente como Ze Tó, Jorge Alonso, Óscar Arpón y, por encima de todos ellos, el veterano Quique Martín que podría militar sobradamente en Primera División, igual que algunos de sus compañeros. Pero ese manifiesto potencial de los charros sólo contribuye a magnificar la sensacional actuación de una Ponferradina que sigue teniendo en Rubén Vega a su máximo exponente ofensivo. Ayer, cuando Pichi ordenó su salida del terreno de juego, el público del Helmántico se levantó para ovacionar al delantero de Castrillo, consciente de que no habían visto algo igual esta temporada y eso que ayer se cruzó el ecuador de la Liga. Rubén no toca el balón, sencillamente lo acaricia. No regatea a sus rivales, sólo les desorienta y marcharse de un enemigo aturdido parece más sencillo de lo verdaderamente resulta. Además de todo eso, tuvo la fortuna de hacer el único gol de su equipo en el primer minuto del segundo tiempo. Antes de eso el propio Rubén pudo haber batido el marco de Felip en dos ocasiones. En la primera, a los cinco minutos de partido, se mostró indeciso y prefirió buscar a Ribera cuando tenía todo a favor para disparar. A punto de abandonar el campo en ese primer acto, Asier le dejó solo ante Felip, pero la inesperada reacción de David Charcos evitó el gol que se intuía. Pero fueron muchas más las ocasiones de los bercianos en el primer tiempo. A punto estuvieron de marcar en un barullo a dos metros de la línea de gol, pero al final apareció una pierna salvadora para la Unión despejando el cuero lejos de allí. La mejor jugada de todo el primer tiempo también tuvo color visitante. Tuvo como protagonistas a los jugadores de banda derecha cuando el reloj señalaba el minuto 35. Úriz recupera el cuero, lo vuelca sobre Fran y el zamorano observa cómo Chupri se desdobla por el lateral, cediéndole la pelota para que éste sirviera medida a la cabeza de Diego Ribera, cuyo remate rozó la escuadra de Felip. La acción merecía gol y así lo certificaban con sus gritos de apoyo los dos centenares de entusiastas seguidores blanquiazules ubicados en el fondo norte, en cuya portería se produjo la acción. En este primer acto, los de Javi López también tuvieron sus opciones, pero sólo caben reseñar tres acercamientos Charros. En el primero fue el central David Charcos el que remató de cabeza justo por encima del larguero a la salida de un córner y el segundo mereció la palomita de Manolo Rubio para atenazar el balón cabeceado por el gallego Deus. Más tarde, el meta de Leganés evitó que Arpón adelantara a su equipo cuando entraba con ventaja por banda derecha. Se rompe el empate inicial Apenas habían tomado contacto con el campo los jugadores tras el descanso, cuando la Deportiva lleva un veloz contragolpe por la derecha que incluye un par de remates con sus respectivos rechaces. Por último el balón queda suelto en las inmediaciones de Rubén Vega y éste bate a Felip con la zurda, abriendo así el marcador. Lejos de acusar el golpe, los de Javi López se sintieron ofendidos y respondieron como se espera de un líder tan insultante. La maquinaria blanquilla empezó a funcionar y la Deportiva, puede que inconscientemente, dio un paso atrás. El caso es que el cuero empezó a merodear por las inmediaciones de Rubio, más de lo que sería deseable. En una de esas llegadas, Arpón se va con espacio por la izquierda y sirve atrás para que Quique Martín fusile con potencia. Cuando Rubio advertía la llegada del balón envenenado, apareció la pierna de Deus para desviar el cuero a las mallas. Sólo habían discurrido diez minutos desde que los bercianos golpearan primero. Sin embargo, hubo una jugada que bien pudo haber terminado por decantar el choque del lado visitante. En esos minutos en los que la Unión se echó arriba buscando el empate, Rubén Vega volvió a protagonizar un contragolpe letal, superando incluso al meta Felip que había abandonador el área. Rubén se fue escorada a la derecha mientras dos defensas corrían desesperadamente hacia un marco desierto. El de Castrillo oteó el horizonte y lanzó el misil pero la pelota caprichosa se paseó sobre la línea de gol y pasó de largo para alivio de la grada. Pichi retoca las líneas Se afrontaba el desenlace y la estadística dice que en esos minutos el Salamanca ha ganado muchos de sus partidos. Había que protegerse. El técnico de Camponaraya agradeció el esfuerzo de Asier Salcedo por la izquierda y le retiró del campo para refugiar allí a Rubén Vega. El argentino Pavone hizo entrada para aportar oxígeno en una zona en la que empezaba a escasear. Poco después, el míster retiró a un Diego Ribera batallador en la jornada de ayer e introdujo en su puesto a Ramón Pereira, por si procedía una contra de las suyas, cargado como estaba de energías. Ya con el tiempo vencido, sacó del campo a Rubén Vega, con una amplio sector de la grada tributándole una cerrada ovación, entrando en su lugar Toñín para reforzar la parcela defensiva. El Salamanca había llevado la iniciativa en este segundo período y pese a que dicen que se cansa más aquel que corre detrás del balón, lo cierto es que dejó algunas grietas en el tramo definitivo. Rubén Vega, bastante cansado también, forzó la enésima falta a un palmo de la frontal, pero el lanzamiento de Fran fue repelido por la barrera charra. También Pereira se animó y forzó otro golpe franco que culminó en última instancia con un lanzamiento raso del zamorano Fran que detuvo con solvencia Felip. Parecía que los dos equipos daban por buena la igualada o quizá era que el generoso esfuerzo realizado sobre un campo blando ya estaba pasando factura a propios y extraños. Lo cierto es que los tres minutos de descuento sonaron a tregua y al final reparto de puntos que insinúa la posibilidad de la justicia entre dos de los mejores equipo de toda la categoría.

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