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El Madrid recupera la alegría con Zidane y Guti llevando la batuta (4-2)

El triplete del francés completa el mejor partido de los blancos ante un notable Sevilla

Publicado por
Ignacio Tylko - madrid
León

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Definitivamente, López Caro ha transformado al Real Madrid, que firmó ante un Sevilla notable su mejor partido de la temporada y al fin se dio una alegría liguera en el Bernabéu. Aunque sufrió en las postrimerías y mostró algún altibajo peligroso, producto quizá de su delicada condición física, se gustó, divirtió e hizo sonreír al hasta ahora atribulado Florentino Pérez. El antológico taconazo de Guti a Zidane en la jugada del tercer gol, un pase desde fuera del área entre un mar de piernas que salían, quedará enmarcado como una de las acciones de la Liga. Ese gesto técnico y el triplete del astro francés, ejemplificaron que los blancos se han rehabilitado y, todavía con carencias, ya intentan genialidades olvidadas. La puesta en escena del Real Madrid fue espectacular. Dio la sensación de haber ahuyentado viejos fantasmas, de haberse liberado de la tensión que le atenazaba junto a su parroquia. Fue un equipo en toda regla, moderno, alegre, vistoso, rápido, versátil, capaz de presionar arriba, de hacer circular el balón, de alternar el toque corto con el largo. Otro equipo Juntito, con la defensa muy adelantada y liderado por un Zidane enchufadísimo, muy mejorado físicamente, el Madrid se pareció como la noche al día con respecto a ese equipo lento, apocado, previsible, sin fe y sin ideas, que caracterizó a la última etapa de Vanderlei Luxemburgo. Le funcionaba casi todo: la zaga, el centro del campo, con un Guti genial en la distribución, y las famosas bandas, ya que Cicinho y Beckham forman una sociedad rentable. Puestos a exigir, aún cabe esperar mucho más de Robinho y, sobre todo, de Baptista, que sigue desorientado. Ni siquiera ante su ex equipo, la 'Bestia' fue tal y justificó una pizca de su multimillonario fichaje. Eso sí, forzó el penalti que devolvió la vida a su equipo cuando más sufría. Los blancos, además, tuvieron la fortuna de marcar en su primera llegada. Una magnífica combinación entre Robinho y Zidane acabó con un certero zurdazo raso, sobre la marcha, de Guti. El exigente público del Santiago Bernabéu al fin disfrutaba con los galácticos. Tanto se desmelenaron los locales que el recién llegado Cicinho se sacó un centro-chut magnífico que no entró porque golpeó en el palo. El Sevilla de Juande Ramos, que ni mucho menos es moco de pavo y por algo pelea estar en zona europea, creció paulatinamente, a medida que el rival perdía fuelle y sus mejores jugadores comenzaban a asociarse. Cuando Navas, Maresca, un buen medio centro de la escuela italiana, Fabiano y Adriano se juntan y conectan con Kanoute y Fabiano, los hispalenses asustan. Empate y reacción Terminaron el primer período achuchando al Madrid y arrancaron con la misma intensidad la segunda mitad. Fruto de su dominio y del bajón merengue, el Sevilla empató. Gran disparo de Maresca, mal despeje de Casillas, que no tuvo su mejor noche, y toque preciso de Luis Fabiano. Poco le duró la alegría al pobre por varios motivos: porque se echó enseguida atrás, porque el Madrid ha recuperado la fe con López Caro y porque Ocio hizo un penalti tontorrón a Baptista que Zidane no perdonó. Como tampoco desaprovechó, tres minutos después, el extraordinario detalle de Guti para sentenciar. El Sevilla, empero, no perdió nunca la cara, estrelló dos balones en la madera y acortó distancias en una acción embarullada cerca del final. Cuando el público, ya nervioso, pedía a gritos la hora, Zidane cerró con su tercer gol su primera noche mágica de la temporada. El galo, al que muchos daban por enterrado, ha resucitado. Y lo ha hecho a lo grande.

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