León sufre siempre diferencias de veinte puntos en las derrotas

Baloncesto León sólo ha perdido seis veces en la liga en esta temporada, pero en casi todas lo ha hecho con auténtica contundencia. Lo mismo ocurre cuando gana, pero lo preocupante es que en la plantilla no se otorga margen a la duda y en cuanto las cosas se ponen cuesta arriba el equipo se ablanda y como les gritaba el sábado el técnico Gustavo Aranzana en los tiempos muertos en Lleida «se arruga». Esta circunstancia ha propiciado que en cinco de las seis derrotas el equipo haya llegado sin opciones a los últimos cinco minutos y que la ventaja final conseguida por el rival se haya situado en torno a los veinte puntos. Sólo en la primera derrota de la temporada, en la cancha de La Palma León cayó por un punto (62-61) pero aquel partido fue diferente ya que el rival canario consiguió casi sobre la bocina un triple por un despiste de la plantilla de Aranzana a la hora de cerrar el rebote. Aquel partido León lo tenía ganado y sólo ese despiste echó a perder todo el trabajo realizado. Pero las otras cinco derrotas han sido verdaderamente contundentes y en varios incluso especialmente preocupantes porque el equipo realizó un buen primer cuarto y se quedó ahí atascado, como en la cancha del CAI Zaragoza o este sábado frente al Lleida. El segundo partido que cedió León este año fue en Plasencia (89-70) en la jornada octava y la diferencia final en el tanteador alcanzó los 19 puntos. El segundo fue en Zarazogoza en la jornada décima (92-76) por una diferencia de 16. Pero las tres derrotas siguientes la diferencia ha superado los veinte puntos: 22 en la pista de Inca (88-66), 21 en casa ante Lobos Cantabria en el último partido de la prira vuelta (63-84) y 21 este sábado en Lérida (67-46). Esta circunstancia tiene un daño directo en el basketaverage general, lo que lleva al equipo leonés a ser tercero por detrás de Drac Inca y Palma Aqua Mágica -con igual número de victorias- pero también hipoteca de forma extrema un posible empate que se decidiría al final de la fase regular por el basketaverage particular. Veinte puntos son una losa singularmente pesada para intentar darle la vuelta a la situación y más contra equipos que pueden ser rivales directos al final como el Drac Inca, el CAI, el Cantabria o incluso el Lérida si consigue realizar una importante remontada en la segunda vuelta. Enfado y preocupación En el equipo existe preocupación y este sábado se percibía el enfado porque da la sensación de que los jugadores entregan con excesiva anticipación los partidos y al bajar los brazos facilitan que el rival consiga esas victorias aplastantes. En alguna ocasión el técnico Gustavo Aranzana ha planteado que la veteranía de la plantilla les lleva a minimizar los esfuerzos cuando ven que las cosas se complican.