Álvarez Tomé y Pichi Lucas se mantuvieron fieles a sus sistemas

Álvarez Tomé y Pichi Lucas no sorprendieron a nadie a la hora de colocar a sus peones sobre el césped del Antonio Amilivia. Fieles a su forma de ver el fútbol, ambos técnicos recurrieron al clásico 1-4-4-2 para afrontar el derbi, incluso a la hora de realizar los cambios, al ser sólo de hombres, porque la situación se mantuvo con sus entradas. Así, el entrenador culturalista colocó de salida una línea de cuatro defensas por delante de Aulestia, compuesta por Negral, en el lateral derecho; Casquero, en el izquierdo; y Vojvoda y Diego Galiano en el eje de la misma. La segunda línea, la que puso en el centro del campo, estuvo integrada por Burgueña y el debutante Iván Mateo, como pivotes, el primero de marcado cariz defensivo y el segundo atacante, para dejar en banda derecha a Pepín mientras Pablo Díaz ocupaba la izquierda. Rubén Suárez ejerció de enganche entre la línea de creación y la vanguardia que ocupaba el también debutante Revetria. Durante la segunda mitad entraron en el terreno de juego Cascón, Javicho y Marcos, pero todo se redujo a un cambio de hombre por hombre, con la única variante de buscar un poco más de mordiente al colocar a Cascón como segundo delantero. Por su parte, el entrenador deportivista también recurrió al mismo dibujo. Con Rubio bajo los tres palos, la retaguardia estuvo formada por Chupri, como lateral derecho, y Fuentes, en la izquierda, con Alberto y Bornes, como centrales. En la línea de creación colocó a Gorka y Uriz como medios centros, para situar a Fran en banda derecha y a Salcedo en la izquierda; dejando a Rubén Vega como enganche entre el centro del campo y la delantera, posición que ocupó Diego Ribera como hombre más adelantado. Al igual que Álvarez Tomé, los cambios que introdujo el técnico berciano fueron simplemente hombre por hombre, al mantener invariable su sistema. Pereira y Pavone entraron por Rubén Vega y Diego Ribera respectivamente para hacer simplemente una permuta de jugador.