Testimonios ajenos
QUE NO TODO sean marropiniones y para ello recurrimos a testimonios externos más o menos deductivos. Y así, el diario La Nueva España del 11 de enero, en su suplemento Campeones , entrevistaba a toda página al director técnico del Centro de Tecnificación Deportiva Club Lucha Oviedo; nos interesa resaltar sobremanera su concepción filosófica de club: «(...) Parto de la base de que por delante de sacar campeones debo sacar lo mejor de la persona, que es lo que primará en su formación de futuro, porque los resultados, las medallas, son efímeros. La filosofía ha sido siempre crear un gran grupo, valorar la amistad, la cohesión y, sin descuidarlo, dejar un poco al margen los resultados, porque a veces no dependen incluso de nosotros mismos. Nos marcamos metas a largo plazo, siempre metas reales y, dejamos trabajar al luchador, sin presión. Todo objetivo que no sea real acaba generando frustración, y no olvidemos que trabajamos con deportistas de 14 años en adelante. Es una edad con alto riesgo de abandono de la práctica deportiva por muchos factores...». En otro apartado se abordan las dificultades para conseguir lo que denomina un relevo generacional. «Cuesta en el mismo sentido que a otras modalidades minoritarias. La oferta deportiva y extradeportiva hoy es tan amplia que no es sencillo convencer a un joven que se decante por la lucha. Es un deporte muy exigente, que requiere tenacidad, habilidad física, es complejo y, por desgracia, parece que la juventud actualmente tiende a todo lo contrario. Pero tenemos luchadores muy veteranos, algunos incluso que ya no compiten, que siguen aportando su experiencia a los más jóvenes. Unos y otros van convenciendo a gente nueva, que se engancha porque el luchador al final es un gran atleta y eso es un reclamo fantástico. Somos pocos, pero no hay rupturas, no hay picos». Así las cosas, no es extraño su balance de logros incluso a nivel de resultados competitivos. «Muy positivo. En el plano nacional se consiguieron 10 medallas individuales en las diferentes categorías, incluyendo dos oros. El equipo cadete femenino de libre olímpica se alzó con la plata y el bronce en Junior. Otro bronce llegó con el equipo femenino de Sambo. Mantenemos la línea y eso es lo importante. En otro orden, hemos conseguido recuperar la Lucha Baltu asturiana, una de nuestras raíces; gracias a ello el Club Lucha Oviedo fue invitado al Fórum de Barcelona, donde compartimos un encuentro con luchadores de otros continentes». Y en cuanto a proyectos «a corto plazo estamos preparando el Campeonato de España sénior y cadete de los días 4 y 5 de febrero en Sagunto. Esperamos luchar por varias medallas y colar a muchos competidores en semifinales; otro gran objetivo es que las chicas se rueden para su competición, el nacional júnior». Pues bien, nuestro folklórico aluche a lo que acude presuroso es al «foro» de las luchas folklóricas a mayor gloria de... poder posar fotográficamente en la Diputación. Sin la menor repercusión mediática a nivel nacional e internacional y, en todo caso, que un desinformado Juanín les exalte sin ningún conocimiento de causa (luchística). Por su parte la Federación de Lucha Canaria hace tiempo que, inteligentemente, se ha desmarcado de estos «festivales». Los tibios pasos que ahora está dando la lucha leonesa hacia las luchas olímpicas llegan con demasiado retraso... y demasiada tibieza. Ah, y ya se sabe que a los festivales folklóricos-celtas con calzón largo y boina. Vamos con otra referencia testimonial. Un aficionado se nos dirige para quejarse de la ridícula participación veraniega y de la «anárquica uniformidad» de los árbitros. En cuanto a las cifras de inscripciones ya lo vinimos abordando en profundidad a lo largo del verano. Y por lo que se refiere a la «degeneración» en el uniforme arbitral ¿dónde quedó la camisa y el pantalón largo «reglamentario»?. Y no es cuestión de meras menudencias estéticas, por más que la estética haya de prevalecer siempre. El riguroso y meticuloso Fernando Cordero, impulsor del acceso de la modernidad al arbitraje luchístico, no pasaría por estas «casposidades escénicas». «También echo de menos -prosigue nuestro comunicante- la ausencia de un auténtico líder en la cúpula federativa; con imagen representativa, pública y demás». Lo que está claro es que el liderazgo aluchero -para entendernos- no es garantía de liderazgo luchístico. Pues sí, ese liderazgo federativo que sin duda han de echar de menos algunos inquietos y sensibilizados responsables de Club de Lucha. «...Dios, qué buen vasallo si hubiera buen Señor». Pero, lamentablemente, no exageramos cuando calificamos a «lo de aquí» de remedo y sucedáneo de Federación.