España brilla frente a Francia y se abre camino hacia las semifinales

Juan Carlos Pastor acertó esta vez con la fórmula para abrir la cerradura francesa, y lo hizo en un día importante. Arrolladora en el inicio, y con Barrufet espléndido entre palos, España logró una victoria esencial para tener un viaje relativamente cómodo hacia las semifinales. Aunque pierda ante la débil y descartada Eslovaquia (este domingo, 17.30 y por La 2), pasará a la segunda fase con tres puntos, de cuatro posibles. Una de las claves del duelo era que los lanzadores españoles acertasen en sus primeros intentos, de modo que la defensa francesa tuviera que adelantarse, dejando huecos para el muy peligroso pivote español Uríos. Y eso pasó exactamente en los diez minutos iniciales, pero con un matiz importante: Pastor no encomendó esa misión a sus grandes cañoneros, Fis y Beláustegui, propensos a quedar atrapados en la defensa 5-1 de los galos, con el magnífico Bertrand Gille como avanzado, sino a los más hábiles, Alberto Entrerríos, Iker Romero y Mariano Ortega, capaces de moverse bien entre líneas. El 6-1 del minuto 10 y el 9-3 del 15 dejaron claro que la estrategia había salido a las mil maravillas. Sin embargo, la memoria incitaba a no confiarse: hace tres meses, en la jornada inaugural de la Supercopa en Bremen, España ganaba por 10-3 en el minuto 15, y perdió por 26-28. Pastor, que no lo había olvidado, arengaba de pie a sus defensores, espléndidamente respaldados por Barrufet con once paradas en la primera mitad, dos de ellas de penalti. Ese rendimiento del guardameta del Barcelona amargó particularmente a Karabátic, uno de los mejores lanzadores del mundo, que falló sus cuatro primeros intentos. En el momento oportuno, Pastor dio respiro a los artilleros introduciendo al rompecinturas Chema Rodríguez, y la diferencia en el marcador empezó a rozar el escándalo: 15-5 y 16-6. Fue por entonces, y más aún al inicio de la segunda parte, cuando despertó Karabátic, y el fantasma de Bremen empezó a pulular por Basilea: 26-22 a falta de diez minutos. Pero el equipo español estaba mucho más asentado que el jueves ante Alemania, mientras los franceses dieron la sensación de no estar tensos, como exige el Europeo, hasta que ya fue demasiado tarde, quizá por el cómodo triunfo inicial ante Eslovaquia. Sin embargo, algo de relajación española, así como la radical interpretación del juego pasivo por parte de los árbitros, complicaron algo el duelo. Además del inconmensurable Barrufet, el hombre clave en el momento más delicado fue Iker, quien demostró una vez más que su mejor músculo es la adrenalina: resolvió una situación de inferioridad, y amenaza de juego pasivo, con gol y exclusión de un rival, justo cuando los franceses empezaban a agarrarse al fantasma de Bremen. Iker había dado la impresión, durante los partidos previos al Europeo, de perder potencia y confianza, pero está claro que sólo rinde al máximo cuando la tensión es máxima: luego falló cuatro tiros seguidos, pero España ya tenía ganado un partido decisivo en su camino. 1ª jornada Alemania 31 - 31 España Francia 35 - 21 Eslovaquia 2ª jornada Eslovaquia 26 - 21 Alemania España 29 - 26 Francia Clasificación J G E P GF GC Ptos 1. Alemania 2 1 1 0 62 57 3 2. España 2 1 1 0 60 57 3 3. Francia 2 1 0 1 61 50 2 4. Eslovaquia 2 0 0 2 47 67 0 Próxima jornada (hoy) Alemania - Francia España (17.30, La 2) Eslovaquia