El tesón del Valencia le da la vuelta al encuentro a ocho minutos del final (2-2)

El tesón del Valencia, que a ocho minutos del final perdía por 0-2, pudo con el Zaragoza, que hizo daño al equipo ché, pero que no fue capaz de aguantar la insistencia del fútbol aéreo del conjunto local. El Valencia se creció y tras la expulsión de Generelo puso contra las cuerdas a los maño y logró la igualada que hizo justicia a los méritos de ambos. Fue un partido intenso, en el que el técnico del Zaragoza supo mover con destreza sus fichas e hizo mucho daño a su rival con la salida de Ewerthon, pero en el que el rival demostró que confía mucho en sus posibilidad y no sólo no se entregó, sino que al final pudo ganar. Las primera parte combinó algunos momentos de fútbol vistoso por parte de ambos con fases en las que unos y otros carecían de ideas. El Zaragoza no salió a defender el empate. Trató de imponer su ritmo y lo consiguió, al menos al inicio por medio de Celades y Generelo. Tras una buena ocasión de Generelo en el 16, el tono del encuentro varió y el Valencia cobró protagonismo y gozó de varias opciones, pero sin acierto. El partido se acercaba al descanso y no daba la sensación de que el marcador pudiera variar. Sin embargo, en el 45, una combinación entre Diego Milito y Sergio García dejó a este último sólo ante Cañizares al que batió por bajo. El encuentro se abrió tras el descanso, ya que el Valencia buscó con mayor afán el gol y quedaron espacios para el contragolpe del Zaragoza, que no logró el 0-2 porque Cañizares lo impidió. Fue poco después, en otro contragolpe, cuando el Zaragoza hizo el segundo. Sergio García inventó y Ewerthon marcó a puerta vacía. Ya no le quedaba más guión que el de la heroíca del Valencia, la entrada de Kluivert así lo indicó, ante un Zaragoza que debía dormir el juego. El gol de Kluivert en el 82,tras la expulsión de Generelo, puso el choque al rojo vivo. Seis minutos después, el partido era otro. Aimar había logrado el 2-2 en el 88 y a partir de entonces rondó el 3-2, aunque hubiera sido mucho castigo para los aragoneses.