Diario de León

Messi destroza a un inoperante Mallorca y hace al Barça más líder (0-3)

La entrada del argentino sentenció con dos tantos la cómoda victoria de los azulgrana

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Sergi Olego - palma de mallorca
León

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El Barça reencontró el camino de la victoria al imponerse en un cómodo partido al Mallorca por 0-3. Los azulgrana se pasearon por Son Moix, sobre todo tras la entrada de Messi, y alcanzaron su 14º triunfo consecutivo en la Liga. Pasado el estruendo de la derrota copera, Rijkaard recuperó la columna vertebral que tenía disponible. Con Valdés, Puyol y Deco, el holandés confiaba retornar a la solvencia habitual. Ese era su principal objetivo. No quería locuras ofensivas, sino devolverle la seriedad a su equipo. Lionel Messi, el «pequeño diablo», como lo definió el técnico Héctor Cúper, resolvió en los escasos diecisiete minutos que jugó el choque en Son Moix ante el Mallorca y, de paso, situó a su equipo mucho más líder tras sumar su decimocuarto triunfo consecutivo en la Liga. Messi, que entró al campo por Larsson cuando el Mallorca jugaba con diez por la expulsión del central argentino Eduardo Tuzzio, sentenció con dos acciones brillantes un choque espeso. Incluso, pudo un tercero, pero falló con toda la portería para él solo. Al Barcelona le va Son Moix, donde ayer noche sumó su cuarto triunfo consecutivo ante un Mallorca hundido en la tabla e incapaz de ganar en su estadio desde hace tres meses. La visita a Palma fue un auténtico bálsamo para los azulgranas, que superan con nota el examen a que era sometido tras perder en la Copa frente al Zaragoza. El gran mérito del Mallorca en la primera parte, no obstante, fue el de impedir que su rival se sintiera cómodo en Son Moix, ya que le arrebató la posesión del balón durante muchas fases del este periodo y, además, le presionó y con gran eficacia en la medular, donde ni Deco ni Van Bommel se sintieron a gusto. Los azulgranas tardaron en encontrarse, pese al notable esfuerzo de Deco, el mejor de su equipo en esta fase inicial, y los alardes de Ronaldinho, que fueron más fuego de artificio que efectividad pura y dura. Eso sí, con algunos metros a su favor y en el centro de la zona ancha, no pegado a la banda izquierda, hizo mucho daño con pases muy precisos. Quedó claro que el Barcelona, con Deco, Giuly y Puyol, ausentes en la derrota copera en Zaragoza, es otro Barcelona. Es cierto que en Son Moix atravesó por algunas dudas ante la buena colocación del Mallorca sobre el césped, pero impuso la notable calidad individual de sus estrellas. Y todo ello, teniendo en cuenta de que Larsson no tuvo, precisamente, su noche. El delantero sueco, sustituto del camerunés Samuel Eto'o, falló dos ocasiones claras (mins. 17 y 19), en las que le faltó precisión para marcar en los sucesivos «mano a mano» que tuvo con el meta Miguel Angel Moyá. También estrelló un cabezazo en el palo tras un saque de esquina de Ronaldinho (min. 35), poco antes del gol de Giuly. El extremo francés había estado, prácticamente, desaparecido por el impecable marcaje del que fue objeto por Fernando Navarro, cedido por el Barcelona hasta el final de la temporada, pero «leyó» con precisión milimétrica la intención de Deco, que le dejó solo ante Moyá. Y no falló. El Mallorca, con la novedad del debut del portugués José Carlos Nunes, uno de los refuerzos en el mercado de invierno, ofreció una primera parte bastante aceptable. Se cerró bien atrás y cortó el juego azulgrana en la zona ancha. Arriba, tuvo a un escurridizo y hábil Yoshito Okubo, bien secundado por Víctor Casadesús, Juan Arango y Jonás Gutiérrez en las bandas. El Barcelona, más desahogado, mantuvo el control de las acciones en la segunda parte. Especuló con la ventaja en el marcador y dejó que el Mallorca abriera sus líneas para intentar sentenciar con el segundo gol. En las filas locales, las fuerzas empezaron a flaquear y sus jugadores llegaron exhaustos al último cuarto, con inferioridad por la expulsión del central argentino Eduardo Tuzzio, y cada vez creyendo menos en sus posibilidades. Entonces, apareció Lionel Messi. Su entrada al campo fue providencial. Marcó dos goles en menos de diez minutos y sentenció.

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