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Rienda iguala el récord de Blanca La huella de los Fernández-Ochoa

La granadina vence el gigante de Ofterschwang y es la gran opción española al oro en Turín

La andaluza, que dedicó el triunfo a la familia de su técnico, en el podio

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Guillermo Pérez - ofterschwang g.p. | ofterschwang
León

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La granadina María José Rienda demostró ayer con su histórico triunfo en el gigante alemán de Oferterschwang que su aspiración al oro en los próximos Juegos Olímpicos de Turín está más que fundada si se atiende a estado de forma, sus resultados, su ambición y su fuerza mental. Gracias a su excepcional victoria, la cuarta en la Copa del Mundo, Rienda igualó el récord español de éxitos parciales que poseía la madrileña Blanca Fernández Ochoa y, lo que en estos momentos es más importante, metió el miedo en el cuerpo a sus grandes rivales en la gran cita olímpica prevista para el 24 de febrero en Sestriere. Con 30 años y una larga experiencia a sus espaldas, la esquiadora de Sierra Nevada llega a Turín en el mejor momento de su carrera, en plena madurez. El compendio de técnica, agresividad, fuerza, potencia y temple que dejó patente invitan al optimismo. Tanto es así que, aunque suponga una presión añadida para ella, el presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno ha manifestado, sin ambages, que sólo se conforma con el oro de la andaluza en Turín. De principio a fin Rienda ganó con notable diferencia sobre sus perseguidoras en una prueba que sustituyó en el calendario al gigante de Maribor (Eslovenia), cancelado hace un mes por las malas condiciones climatológicas. Se impuso en las dos mangas y finalizó con más de medio segundo de ventaja sobre la sueca Anja Paerson, segunda clasificada y líder de la disciplina en la Copa del Mundo, y con 84 centésimas sobre la austriaca Kathrin Zettel. La también austriaca Nicoles Hospe tardó un segundo largo más que la española. Se tomó el desquite de lo que le ocurrió hace una semana en Cortina d'Ampezzo, donde fue la mejor en la primera manga pero en la segunda bajada fue descalificada al saltarse una puerta. Ahí quizá arriesgó demasiado y comprobó que, en el momento preciso, también sirve ser conservadora. Esta vez, su cabeza fría pudo con su corazón caliente. Ofreció un recital de principio a fin. Marcó diferencias en la primera parte del recorrido, la más técnica y la que se adaptaba mejor a su estilo y condiciones, y en el resto se defendió a las mil maravillas. «Me he encontrado muy bien y estoy plenamente satisfecha, sobre todo después de no haber podido acabar en Cortina la segunda manga. Esta vez lo he hecho muy bien», explicó Rienda, eufórica, poco después de su sonado triunfo. Sin apenas tiempo para el descanso, ya se centró en la nueva oportunidad de que dispone mañana, sábado, en esta misma estación, escenario de otra carrera valedera para el 'Globo de Cristal'. «Intentaré hacer lo mismo mañana y repetir, aunque estará muy difícil», añadió la granadina, quien tuvo el detalle de brindar el éxito a Alfredo Pini, tío de su técnico, el suizo Mauro Pini, guía del Aconcagua que hace un par de semanas falleció de un edema pulmonar. «Quiero dedicar la victoria al tío de Mauro y a toda su familia», explicó la emotiva granadina, que en ese momento hizo un esfuerzo por contener las lágrimas. Con este triunfo, Rienda ascendió al tercer puesto de la Copa del Mundo de la disciplina, plaza en la que concluyó los dos años anteriores, y todavía espera mejorar en las tres pruebas que restan del calendario. Paerson sigue como líder en la general de gigante con 405 puntos, mientras que la croata Janica Kostelic es segunda con 324 y Rienda suma 305. Pese a su pobre decimocuarto puesto en Ofterschwang, Kostelic sigue líder en la general de la Copa del Mundo con 1282 puntos, por delante de la austriaca Michaela Dorfmeister (1044) y de la sueca Paerson (1021). Rienda quiso, como es habitual, compartir un nuevo éxito con su equipo técnico, que encabeza el suizo Mauro Pini y que está integrado también por los italianos Norma Tipaldi (fisioterapeuta) y Walter Ronconi (skiman); y el bilbaíno Carlos Alvarez, preparador físico. Rienda ensalzó a su técnico. «Mauro es una pieza muy importante dentro del trabajo que estamos haciendo. Creo que técnicamente está muy por delante de mucha gente y es una buena persona, como el resto del equipo. Como Norma, como Walter, como Carlos y el resto», explicó la andaluza. «Mauro trabaja mucho en los detalles, en ser precisa, en mejorar día a día. Estoy muy contenta de trabajar a su lado y de tener a alguien así», opinó Rienda que expresó que le gustaría acabar su carrera con el suizo como técnico. Han tenido que pasar casi tres lustros para que el esquí alpino español vuelve a presentarse en unos Juegos Olímpicos con serias opciones de tocar metal. María José Rienda, que mamó la nieve desde la cuna, ha sido la única capaz de seguir la huella marcada por los Fernández-Ochoa. En Turín, Rienda acometerá su cuarta cita olímpica y aspira a rubricar su progresión con una medalla, al ser posible de más valor que el extraordinario bronce de Blanca Fernández-Ochoa en el eslalon francés de Albertville'92. Su sueño es emular al legendario Paquito Fernández Ochoa, único oro español en unos Juegos de Invierno. En Lillehamer'94, la granadina acabó 21ª en gigante y 29ª en supergigante. En Nagano, cuatro años después, fue 12ª en gigante y 14ª en eslalon. Su mejora continuó en Salt Lake City'02, donde acabó sexta en el gigante y la 15ª en eslalon. Paquito, Blanca y María José son los únicos esquiadores españoles que han ganado carreras en la Copa del Mundo.

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