Diario de León

El Madrid se gusta de principio a fin ante un blandengue Espanyol López Caro: «Debemos seguir por el mismo camino con orden y trabajo»

Ronaldo marcó en su vuelta tras la lesión y Zidane sigue en racha con dos goles magníficos

Ronaldo marcó en su vuelta tras la lesión, demostrando que su olfato goleador sigue fino

Ronaldo marcó en su vuelta tras la lesión, demostrando que su olfato goleador sigue fino

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Ignacio Tylko - madrid
León

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Sin necesidad de meter una marcha más, sin presionar como en partidos anteriores, el Madrid vivió ante un paupérrimo Espanyol su noche más cómoda en mucho tiempo y se gustó de principio a fin. Lo hizo fácil y bonito, combinando toque corto y pase largo, con constantes cambios de dirección y sutilezas de un Zidane que definitivamente ha vuelto. El francés anotó dos goles magníficos de ejecución e hizo fluir el fútbol como sólo lo hacen los genios. También sobresaliente en sus subidas Cicinho, a quien seguro se criticará cuando el Madrid tenga enfrente a un rival de verdad, de esos que te obligan a defender a muerte. Otra buena noticia para el Madrid, que ya encadena siete victorias consecutivas -cuatro en Liga y tres en Copa- fue la reaparición de Ronaldo, que marcó de cabeza tras un mes en el dique seco. No intervino mucho, pero cada vez que entró en contacto con el balón buscó el gol. Ya lleva 10 en 14 partidos. El recital del Real Madrid, empero, no debería desatar la euforia entre su gente porque, ciertamente, se produjo frente a un adversario inexistente. Blandos, sin tensión y sin fe, los de Lotina parecieron derrotados de antemano. Se limitaron a observar como la tocaban los blancos de un lado a otro, a su antojo, haciendo encaje de bolillos. A los catalanes sólo les faltó pararse, aplaudir a los adversarios y pedirles un autógrafo. Una pena la imagen ofrecida por los 'pericos' en Chamartín. Jugando así, tendrían serios problemas para mantener la categoría. Sólo reaccionaron cuando, con 1-0 en contra, Mejuto González perdonó la expulsión de Gravesen por soltar una patada absurda cuando ya tenía una amarilla. ¿Hubiera cambiado el partido la roja al danés incontenible? Nadie lo sabe, aunque la sensación es que hasta con diez los madrileños se hubieran lucido. También protestaron De la Peña cuando Lotina le quitó e Ito porque pensó que las bicicletas de Robinho eran humillantes. Con el argumento de las rotaciones, López Caro dejó en el banquillo a Helguera y apostó por una inédita pareja de centrales: Woodgate y Mejía. También prescindió de Baptista, primera vez que sucede por decisión técnica, y mantuvo a Guti, tocado durante la semana. Y, como se preveía, apostó por el reaparecido Ronaldo. En su primera llegada, los blancos marcaron. Empezó la jugada Robinho por la izquierda y la terminó Guti, anticipándose por el centro, tras un centro de Beckham desde la derecha. Un ejemplo de lo que es el fútbol, iniciar por un lado y terminar por el otro. Tan ingenuo era el Espanyol que sólo Gravesen hizo casi más faltas que todos los visitantes en el primer tiempo. Tantas que se ganó con creces la expulsión que, incomprensiblemente, el árbitro asturiano le perdonó. El Madrid, que ya debió sentenciar antes, cerró el triunfo en el tramo final de la primera parte, merced a dos genialidades de Roberto Carlos y Cicinho definidas a la perfección por Zidane, pese a que el balón le botó mal, y Ronaldo, de cabeza. Poco cambió el panorama en la segunda mitad, ya con Pablo García en lugar de Gravesen y abierta con otro soberbio detalle de Zidane, eso sí, sin que nadie le inquietara. Recibió un balón, se lo picó levemente y lo cruzó, lejos del nervioso e indeciso Gorka, desde fuera del área. A partir de ahí, el Madrid pensó en el futuro y, aunque Cassano lo intentó sin éxito, no hizo más sangre de un rival que más que eso fue un amigo. Juan Ramón López Caro, entrenador del Real Madrid, declaró a la conclusión del encuentro contra el Espanyol que su equipo debe seguir por la misma senda de trabajo para que las victorias no dejen de llegar. «Hicimos un gran trabajo desde la calidad, el orden y el trabajo. Lo más importante es que el equipo trabaja con una mentalización adecuada y tenemos que seguir por ese camino. Tenemos por delante a un gran equipo (el Barcelona) y no sabemos lo que puede pasar con ellos en las siguientes jornadas. Nosotros debemos seguir mejorando», declaró López Caro. Para el técnico blanco, la clave estuvo en el primer gol. «Todas las victorias tiene muchos importancia. Con el 1-0 les desarmamos en el aspecto psicológico. El adversario ha hecho su trabajo aunque hicimos un partido sensacional. En el aspecto individual nunca hablaré. Gravesen hizo una buena primera parte y decidí sustituirle». Miguel Angel Lotina, técnico del conjunto blanquiazul, no puso ninguna objeción a la derrota. «Nada que objetar. No salimos bien al campo y no estuvimos nunca acertados. Tenemos que mejorar muchísimas cosas. Estoy preocupado con la imagen. Nos ganaron muy bien», declaró. Para el técnicoluna de las claves fue el primer tanto del Madrid, obra de Guti. «El primer gol de ellos nunca debió llegar. Lo teníamos estudiado y aún así con un mal centro de Beckham llegó. A un equipo de Primera no se le puede marcar de esa forma». «Espero que nos sirva y que reflexionemos. Si queremos estar cerca de los equipos grandes tenemos que poner mucha voluntad. Si fallamos ahí tendremos muchos problemas», agregó. Además, no quiso entrar a polemizar en si el danés Thomas Gravesen debió o no ser expulsado.

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