Diario de León
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VÍCTOR MARTÍN
León

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LA FINAL de la liga de fútbol americano, que se disputó la pasada madrugada, es el mayor evento deportivo y también publicitario en EEUU, donde hay empresas que pagan 2,5 millones de dólares por un anuncio de treinta segundos. Esa cantidad supone un récord en la historia del acontecimiento deportivo, conocido como Super Bowl, y un incremento de más un millón de dólares respecto a lo que se pagaba hace diez años, según la agencia de medición de audiencia Nielsen Media Research. La final del deporte más popular en este país la disputaron en Detroit (Michigan) los Seattle Seahawks y los Pittsburg Steelers -al cierre de esta edición se desconocía el resultado-, y en el espectáculo del intermedio actuaron por primera vez Los Rolling Stones, que interpretaron tres canciones. El pasado año, la Super Bowl, que ofreció la cadena Fox, fue seguida por una media de 86,1 millones de estadounidenses, frente a los 89,9 millones que atrajo CBS en 2004, cuando ocurrió el destape de un seno de la cantante Janet Jackson que suscitaría gran escándalo y una fuerte campaña contra la indecencia en los medios de comunicación. En esa ocasión el cantante Justin Timberlake descubrió el pecho derecho de Jackson, en una acción coordinada entre ambos con antelación como parte del espectáculo. Se estima que unos 90 millones de estadounidenses seguieron este año el partido, por lo que las principales firmas comerciales y otras empresas menores pero con ambiciosos planes de promoción quisieron hacer historia durante la emisión que ofrecieron ABC y ESPN, ambas propiedad de la corporación Disney. Los principales fabricantes de refrescos y cerveza, autos, productos para el hogar y el consumo personal, así como las cadenas de comida rápida, los bancos o los estudios de Hollywood, usaron todos los recursos creativos a su alcance para impresionar al espectador y tratar de que el anuncio permanezca en su memoria. Los avances tecnológicos permitieron además este año acceder a los anuncios a través de páginas de internet, canales de pago o teléfonos móviles, en un intento de los anunciantes por sacar el máximo rendimiento a los más de 83.000 dólares por segundo que tiene que pagar. También hay mayor interés en las compañías por llegar a un público más diverso, pues la Super Bowl es cada vez más un evento que se sigue en familia o en grupo, y atrae cada año a un número mayor de mujeres, de negros e hispanos. Alrededor de 32,6 millones de mujeres siguieron en 2005 la final entre los New England Patriots y los Eagles de Filadelfia, que atrajo también la atención de 9,7 millones de negros y unos 4,8 millones de hispanos. En 2005 los anunciantes que estrenaron anuncios durante la Super Bowl detectaron un aumento del 27 por ciento en las entradas a sus páginas web, que pasaron de 17,6 millones de visitas únicas a más de 22,3 millones el día siguiente. Las ventas de álbumes de las bandas y cantantes que aparecieron en recientes ediciones en el espectáculo organizado para el intermedio también se incrementaron con fuerza en los días posteriores a la liza deportiva.

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