Cerrar

El Madrid rozó el milagro pero la remontada épica se paró a un gol

Los blancos pagaron su tremendo esfuerzo muriendo en la orilla y el Zaragoza pasa a la final

Publicado por
Ignacio Tylko - madrid
León

Creado:

Actualizado:

En un alarde de fe, calidad, acierto y de grandeza, el Real Madrid se quedó a un tris de firmar la mayor gesta de su historia y de coronar su leyenda con una goleada que hubiera pasado a los anales del fútbol. Se puso 3-0 en diez minutos, tuvo al borde del K.O. a un dubitativo y tembloroso Zaragoza más de lo que en realidad pensaba hasta Florentino Pérez, pero le faltó la guinda, la última diana. Tuvo media hora por delante para certificar una remontada heróica con firma brasileña, pero ahí se le terminó la fuerza y se le nublaron las ideas. Exhausto, se le hizo un mundo cuesta arriba consumar la hazaña. Zidane y Ronaldo anduvieron muy cerca de batir a César cerca de la conclusión, pero al final el extraordinario esfuerzo de los merengues resultó baldío aunque halló el premio de la grada, que apoyó de lo lindo de cabo a rabo. El Zaragoza, con todo merecimiento si se atiende a ambos partidos pero no tras ver la imagen pueril, blanda y timorata que ofreció en Madrid, jugará su undécima final copera y buscará su séptimo galardón. Inaudito, impensable, imposible creerlo si no se ve. Ni el más optimista de los madridistas, ni tan siquiera el recordado Juanito, pudieron imaginarse jamás un arranque como el que aconteció en el coliseo merengue, con un ambiente y griterío que sólo rememoraban los más viejos del lugar. En apenas diez minutos, tres goles. Así como suena, no es broma, ni ciencia ficción, quizá sí cosas de la galaxia. Los hombres de López Caro afirmaron en la víspera que con un 2-0 al descanso se conformaban y, de pronto, en un visto y no visto, se acercaron al sueño con todo el partido por delante. Los maños, que salieron dispuestos a tocar, a dejar pasar los minutos sin sufrir, se encontraron ya amenazadísimos, con la soga al cuello. Ocurrió que la campaña ensoñadora nacida del club y secundada por los medios, surtió efecto en los jugadores blancos, que salieron a por todas, enloquecidos, dispuestos a vengar la afrenta sufrida hace apenas una semana en La Romareda. Juego directo, presión arriba y ataque total. A los 57 segundos, Cicincho engancha un rechace sin parar y la clava por la escuadra desde fuera del área. El Bernabéu, ruge. Minuto 4: Ronaldo coge un balón en el área, ve a Robinho y este supera con habilidad a un asombrado César. El Bernabéu, canta. Minuto 10, Beckham centra, Álvaro falla en el marcaje y Ronaldo no perdona. Chamartín, tiembla. Sin duda, sustentado en su mito, en su historia, en la magia brasileña y la fuerza del llamado «templo sagrado», el Madrid ya había hecho lo más difícil: creer ya con fundamento y sembrar de dudas al Zaragoza. Sucedió entonces que el partido pasó a ser otro y se jugó a un ritmo lentísimo hasta el descanso. Cualquier guión quedaba roto y era como una vuelta a empezar. Los madrileños pensaron que, visto lo visto, dos goles en 80 minutos serían coser y cantar y decidieron tomárselo con mucha más tranquilidad. Demasiada. Roberto Carlos hizo el cuarto pero la remontada épica se estancó a un sólo gol.

Cargando contenidos...