El Akasvayu no evita que Pamesa acceda a su segunda semifinal Consejo de puro trámite en León

El Pamesa Valencia dio el primer golpe en la Copa del Rey de Madrid. Llegaba en peor forma y como víctima a su duelo con el nuevo rico de la ACB, que estaba en racha y se sentía poderoso, pero no ganó el favorito. Avdalovic y Dikoudis se encargaron de romper el sueño del Akasvayu Girona, repleto de estrellas pero sin orden ni espíritu, justo lo que les sobró al base serbio y al pívot griego del Pamesa. Ambos se encargaron de dejar en evidencia a las figuras del Akasvayu, un equipo que depende en exceso de las individualidades. El Pamesa, acostumbrado ya a superar su primer examen en la Copa, jugará su segunda semifinal consecutiva. En cambio, el Akasvayu, que había centrado sus mayores esperanzas en un torneo en el que no aparecía desde 1992, se despide dando una pobre imagen. Su única reacción se produjo cuando Raúl López aprovechó la ausencia de Avdalovic en el segundo cuarto. El Pamesa estaba arrollando al Akasvayu (30-17), pero fue sentarse Avdalovic, resurgir Raúl López, y los gerundenses casi igualaron el choque (36-35). En el largo tiempo en los que el base serbio estuvo descansando, el Akasvayu devolvió un parcial demoledor. El Pamesa se asustó cuando los catalanes apretaron los dientes en defensa, cerraron el rebote, y machacaron con velocidad y triples. Sin embargo, fue un espejismo sin continuidad. El Pamesa llevó casi siempre el ritmo que le convenía. Dikoudis, un jugador completo, con talento, fuerza y carácter, se comió a los pívots del Akasvayu y fue un arma letal para el Akasvayu desde el inicio. Después tomó el relevo el genial director de juego balcánico, recién recuperado de una lesión. También debía aparecer Raúl López, que se encontró muy cómodo sin Avdalovic y llevó entonces el partido a una dinámica ganadora. Se produjo cuando el Pamesa logró un parcial de 11-2. Los triples de Avdalovic y Miralles habían roto su zona, pero con su primera máxima ventaja el Pamesa se confió. Raúl López desarboló con su rapidez a la defensa del Pamesa y Myers martilleó desde el exterior. El Pamesa ya sentía el aliento de su enemigo en el cogote, pese al pésimo porcentaje de tiros de campo del Akasvayu, un 28% (7 de 25) al descanso. No mejoró al final: 13 de 47. Sólo hubo que esperar a que el descanso le diese alas al Pamesa y los valencianos tuviera un arranque arrollador. Avdalovic y Dikoudis volvieron a romper al Akasvayu. Con su parcial de 14-2 la ventaja llegó hasta los 15 puntos (57-423). El equipo de Edu Torres estaba muerto. Raúl López no podía con el serbio y los de Ricard Casas se hartaron de coger rebotes.