Diario de León

El Arsenal despierta al Madrid y lo devuelve a su cruda realidad

Liderados por Cesc, soberbio en la medular, los ingleses ganaron con un golazo de Henry

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Ignacio Tylko - madrid
León

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¡Verlo para creerlo! Un Real Madrid que presumía de vivir su mejor momento de la temporada fracasó en el primer asalto de la verdadera Champions ante un Arsenal que se presentaba en el Bernabéu mermado y decían que deprimido. Mal física y tácticamente, sin responder a plan alguno y casi sin alma, el endeble equipo español ofreció una imagen de pura impotencia ante un adversario con más vigor, presencia y fútbol, superior de cabo a rabo. Liderados por Cesc, soberbio en el centro del campo, justo donde el Madrid fue incapaz de fabricar juego porque Guti y Zidane fueron anulados, los británicos ganaron merced a un golazo de Henry, pleno de fuerza, potencia y precisión, en el inicio de la segunda mitad, pero tampoco deberían estar plenamente satisfechos. Tal y como se desarrolló la noche, la mejor noticia para los de López Caro, muy tocado tras su primer gran examen y superado por Wenger, reside en que, pese a la derrota, todavía no tienen todo perdido. De nuevo, habrá que comprobar en Londres si es verdad que el Madrid responde en los momentos de máxima urgencia y necesidad. El arranque fue premonitorio y de lo más inesperado. El Real Madrid se lo tomó con inusitada tranquilidad y, ni de lejos, buscó intimidar al rejuvenecido adversario, sobre todo en su improvisada zaga, donde faltaban Lauren, Campbell y Cole, casi nada. Esta vez no había nada que remontar y quedaba la vuelta en Highbury. Para qué ariesgar, debieron pensar los madrileños para decepción de su parroquia...y del fútbol. Nada que ver ese comienzo inofensivo de los madrileños con las salidas en tromba, arrolladoras, que tanto daño hacen a los huéspedes de Chamartín, por mucho nombre e historia que les acrediten. Justo lo contrario hizo el Arsenal, que se plantó con las líneas adelantadas y una notable presión arriba. Su puesta en escena fue magnífica, aunque con un pero muy gordo, la falta de gol. En apenas nueve minutos, justo lo que tardaron los blancos en endosarle tres a un tembloroso Zaragoza, los de Wenger perdonaron tres ocasiones pintiparadas ante un Madrid desnortado. Reyes le ganó la espalda a Cicinho, un lateral de largo recorrido que no defiende, pero se topó con Iker. Ljungberg, muy suelto siempre, se escoró en exceso tras una gran salida del guardameta. Y Henry, con la testa, la echó milagrosamente fuera. Gracias a su portero y al desatino de los delanteros visitantes, el Madrid no empezó por detrás. Esa sí ha sido una constante muy repetida por estos lares durante los últimos años. A partir de ahí, con Woodgate ya en los vestuarios llorando su enésima lesión, el duelo se equilibró. Dominio local, con más posesión de balón, y repliegue intencionado del Arsenal. Pero el ataque del Madrid era estéril, más aparente que otra cosa. Los londinenses, que pueden estar mal y con bajas pero ingenuos no son, supieron tapar a Zidane y Guti y ahogaron por completo a sus rivales. Sabían lo que se hacían, ya que a Gravesen sí le daban plena libertad para jugar no había nada qué hacer para arreglarlo. Con Raúl, tampoco La primera aproximación amenazante del Madrid no llegó hasta el minuto 26, cuando Beckham cabeceó mal un gran centro de Zidane. Casi a renglón seguido, el inglés recibió un presente del suizo Senderos pero erró ante el veterano Lehmann. Y muy poco más. Paupérrimo bagaje ante una zaga que por la banda izquierda que defendía el diestro Flamini, era un coladero. Todo lo contrario por el otro flanco, donde el marfileño Eboué estuvo inmenso. El Arsenal repitió su apuesta en la reanudación y, otra vez, sacó los colores al Madrid. Además, esta vez halló al gran Henry, que al minuto cogió un balón, superó a todos cuantos intentaban derribarle y cruzó lejos de Iker. Exhibición de Titi que hacía justicia y convertía Chamartín en un clamor de la hinchada cañonera. Tan poca capacidad de reacción ofrecieron los blancos que López Caro tiró de la casta de Raúl para nada.

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