Así motivó Wenger a Cesc

Es el gran protagonista de la semana. Y posiblemente del año en el fútbol español. Cesc Fábregas, un chaval de 18 años, se ha colado en el corazón de la gente de un día para otro. Habla cuatro lenguas -inglés, francés, español, catalán-, y es una imagen fresca, europea, mediterránea, un tipo que no está contaminado y que reconoce con humildad que hasta el recital que dio el martes en el Bernabéu le conocían cuatro en su país. Se nota que España está deseosa de ver aparecer a un futbolista nuevo, con clase. Argentina presume de Messi y España ya tiene su juvenil de moda: Cesc Fábregas. Luis Aragonés le ha premiado con su primera convocatoria en la selección. Su exhibición de autoridad ante el Real Madrid le ha abierto las puertas del equipo absoluto. Y en estas semanas previas desde que Luis le citó ya para una jornada de convivencia en el hotel Barajas, Arséne Wenger le ha ido animando y motivando. Wenger tiene claro que su niño puede ir al Mundial. Mejor dicho, que sí está capacitado para ir a Alemania. Y para apoyarle un poco más, Wenger le ha recordado la situación que vivieron en su momento, Vieira y Petit en el año 97. Un año antes del Mundial de Francia, estos dos futbolistas franceses no eran fijos en en el esquema de Aimé Jacquet. Vieira y Petit crecieron con Wenger en el Arsenal, y acudieron al final al Mundial de Francia. Los dos levantaron la Copa del mundo en el estadio Saint Denis al ganar a Brasil. Buen presagio para Cesc. En Francia '98, Petit jugó más que Vieira, entonces un chaval. Pero los dos son campeones del mundo. Wenger le ha contado la historia a Cesc. Como apunte, como detalle que le sirva de estímulo, de ánimo, para convencerle de que si su trabajo es óptimo en el Arsenal, él puede estar también en el Mundial. El Arsenal fabrica campeones, es el mensaje que le ha mandado Wenger a Fábregas. A Cesc nadie le ha regalado nada. Ha tenido que salir de su casa, sufrir fuera de su entorno y viviendo lejos de su familia. Un ejemplo para la nueva generación de chavales españoles que deseen llegar a la élite del fútbol. Es curioso, pero en los foros del fútbol internacional a nadie le sorprende la evolución de Cesc. Fue Bota de Oro en el Mundial sub'17 de Finlandia. Y allí, cuenta Hugo Tocalli, el seleccionador argentino, ahora ayudante de José Pekerman, Ces estuvo soberbio y les pintó la cara. En la selección argentina admiran a Cesc. Y España entera anda rendida a Leo Messi. Los dos jugaron juntos en el Barça. Y los dos, estrellas emergentes, pueden ir al Mundial.