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Ademar se reencuentra a sí mismo y destroza a un timorato Cangas

El equipo leonés recupera sus señas de identidad y a los diez minutos ya había sentenciado

Publicado por
Georgino Fernández - león
León

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Generalmente, los partidos se pueden ganar de tres formas distintas. Aplastando al rival sin contemplaciones, con un arreón de coraje o con suerte después de ir a trancas y barrancas. El Ademar llevaba demasiado tiempo decantándose por esta última opción -recuérdense Algeciras y Alcobendas- y ayer decidió que era hora de escoger la primera. Y lo hizo mirando en su interior para buscar en las raíces. ¿Alguien recordaba un partido del Ademar con diez contraataques fulgurantes al viejo estilo? Ayer sucedió. Por el buen hacer defensivo y por la magnífica tarde en la portería de Alilovic primero y de Jorge Martínez después. El Ademar corría y Krivoshlykov, Martin, Curuvija, Roberto García Parrondo, Morros y el joven debutante Alberto Aguirrezabalaga cosían sin piedad la portería defendida por el croata Venio Losert. En ese vistazo al interior el Ademar demostró también que puede jugar con intensidad plena y con ganas los sesenta minutos de un partido. El juego leonés no sufrió las habituales lagunas de los encuentros anteriores, con el equipo yendo a remolque de un resultado adverso casi todo el partido. Ayer, los leoneses salieron centrados desde el primer minuto. Y esa recuperación de las señas de identidad del equipo se hizo en principio con un septeto en pista poco habitual. Cadenas volvió a echar mano de los «bajitos» y la apuesta le salió bien. Temía la pegajosa defensa 5-1 que los gallegos utilizan y que el pasado fin de semana desarboló al Granollers y decidió pagar al Cangas con la misma moneda. Puso a Parrondo de adelantado para parar a Smigic -que aún así se convirtió en la principal referencia ofensiva de su equipo con nueve tantos- y los gallegos se atascaron. Las consecuencias de su decisión y del juego del Ademar las sufrió bien pronto en sus carnes el Cangas. A los diez minutos del choque los gallegos ya sabían que no tenían nada que hacer. Perdían por 8-3 y los leoneses seguían pisando con fuerza el acelerador. Héctor Castresana en el pivote demostraba que sigue en una gran forma. Cada balón que le llega o es gol, o penalti y exclusión de un rival. Alilovic, que salió de inicio, cuajó por fin un gran partido y Parrondo en defensa o actuando de lateral cumplía con creces. Con 11-5 en el marcador, el técnico gallego, Víctor García Pillo, solicitó el primer tiempo muerto. Cadenas aprovecha para hacer los primeros cambios, para dar descanso al septeto inicial que estaba actuando en ataque y defensa. Ivo sale por Entrerríos y Perales toma la manija. Los cambios no afectaron en nada a la intensidad del Ademar. Las diferencias siguieron creciendo y no fueron a más gracias a un acertado Smigic. El central serbio hizo seis tantos en la primera mitad y evitó un naufragio total de los suyos. Las diferencias van creciendo poco a poco. Los extremos ademaristas imponen su ley y demuestran porqué forman la línea más poderosa del equipo. Stranovsky acabó con seis goles, Curuvija saliendo desde el banquillo hizo otros seis, Krivoshlykov cinco, Roberto García otros cinco y el debutante Aguirrezabalaga, dos. En total, 24 de los cuarenta del equipo. De hecho el porcentaje de efectividad ayer del Ademar fue terrible. Un 77%. Demasiado para un débil Cangas que demostró porqué es penúltimo en la tabla. Con estas cifras, ¿alguien se acordó de las bajas por lesión de Kjelling y Colón? Evidentemente, no. Al descanso, el 21-14 que reflejaba el marcador decía bien a las claras quien había dominado en los primeros sesenta minutos. En la segunda mitad, Cadenas puso en pista un equipo muy diferente al del primer tiempo. Jorge en la portería, acompañado por Curuvija, Laluska, Castresana, Krivoshlykov, Morros y Perales. Fue igual. El guión no varió. Morros siguió dando todo un recital en ataque -acabó con ocho goles- y el ruso Krivoshlykov daba lecciones de cómo se corre un contraataque. La defensa se endureció en el primer tramo y en los primeros diez minutos el Cangas no hizo más que un gol. Todo estaba sentenciado. Cadenas lo vio claro y sacó a pista al joven Aguirrezabalaga, para delirio de la afición. Su entrada coincidió prácticamente con la expulsión por roja directa de Castresana por un encontronazo con un rival. No importó. Su puesto lo ocupó con garantías Prendes. Los minutos fueron pasando y las diferencias creciendo. Al final 40-25. Un resultado que refleja el reencuentro de un equipo consigo mismo. Ojalá dure. El equipo que puso en pista ayer Manolo Cadenas resultó cuando menos un tanto inusual. Mirko Alilovic en la puerta y por delante del bosnio Entrerríos, Castresana, Denis y Martin en los extremos, Morros y Roberto García Parrondo jugando de lateral y como adelantado en la defensa 5-1 que el técnico puso en práctica al comenzar el choque. Algo también poco frecuente, dada la fidelidad de Cadenas al 6-0 cerrado. Y la «pequeña» revolución funcionó. El equipo de «bajitos» fue el encargado de encarrilar el partido e incluso de dejarlo sentenciado cuando apenas habían pasado diez minutos de juego. Frente al Alcobendas, el equipo de los pequeños también funcionó y ayer volvió a hacerlo. Y en ocasiones se juega mejor así. Y ello sin quitar ningún mérito a los que salieron luego que mantuvieron el mismo nivel de juego y de intensidad. En la primera mitad el Ademar hizo diez goles, en la segunda, fueron 19. Mayor igualdad, casi imposible. Ademar sigue bien sujeto a su cuarta plaza en la tabla.