La efectividad resuelve las dudas

No hubo sorpresa. La película entre el Real Madrid y el Atlético ya se ha escrito muchas veces. De nuevo fue la efectividad la que decidió el derbi. Para olvidar al menos durante unos días la crisis el Madrid volvió a encontrar en el Atleti a su mejor aliado, para sumar una victoria balsámica que le permite reconciliarse con su afición. No fue un partido brillante el del Madrid, pero sí muy eficaz y práctico. El Atlético llegaba con seis victorias consecutivas, pero con menos calidad no se aprovechó de la sonada ausencia de Ronaldo, porque en el Madrid respondió con creces su sustituto, Cassano. Los blancos aprovecharon las escasas ocasiones que tuvieron en una emocionante primera parte, y aguantaron tras el descanso en defensa ante un Atlético sin gol. Fernando Torres sigue gafado ante el Madrid y en esta ocasión apenas tuvo oportunidad de encontrarse con Casillas. Cassano, sin embargo, marcó un gol y participó en el segundo que certificó un triunfo que vale para calmar las iras de un público que espera con ansiedad el choque europeo del miércoles contra el Arsenal. Esa será otra historia. Al Madrid le salvó en una primera mitad con más ocasiones que fútbol su pegada, y los errores del rival. A pesar de que el Atlético dominó, llegó más y tuvo oportunidades más claras en ese periodo, la clave fue la de siempre, el acierto ante portería. Y desde muy pronto. En el primer gol el gran protagonista fue Roberto Carlos, que ha visto las orejas al lobo, volvió a entregarse al máximo, y con su velocidad fue el mayor peligro blanco en la banda izquierda. Desde ahí lanzó un centro medido que acabó en la red. Del desajuste defensivo se aprovechó Cassano para cabecear sin oposición. A la primera ocasión, gol. La afición ya estaba con el equipo. A López Caro le había salido perfecta la jugada de cargarse a Ronaldo y apostar por el italiano en punta, con un nuevo sistema en el que el imprescindible Guti fue medio centro junto a Gravesen para canalizar desde ahí el intermitente, y a veces demasiado directo ataque blanco. El Madrid no fue sin embargo autoritario hasta el descanso, porque tras 1-0 se echó atrás y permitió llevar la iniciativa a un Atlético que se hizo con el balón, pero no aprovechó sus llegadas. Le faltaba mordiente arriba al Atlético frente a un Madrid no fue a por más goles, sino a esperar atrás e intentar dar otro golpe a la contra. También acusaba el equipo de Pepe Murcia más fluidez en el medio campo, la visión de juego de Ibagaza y los pases en profundidad a Kezman y un Torres que apenas entró en juego, como tampoco Petrov. Sólo cuando el Atlético empató tras un saque de esquina con un golazo de tacón del serbio, el Madrid volvió a tener más juego y presencia ofensiva. El 'Atleti' se echó entonces atrás a defender. Antes había actuado así el Madrid y lo pagó con el empate. Ahora le tocaría al Atleti, aunque no fue porque los blancos tuviesen insistencia ofensiva ni paciencia en el toque. Sólo dos minutos después de que Kezman perdonase ante Casillas, un robo de balón y un regate de Guti en su propio área dio origen al 2-1. Helguera había fallado una vez más y se ganó los pitos del Bernabéu, pero Guti provocó una contra espectacular en la que participaron Zidane y Beckham. El centro del inglés lo remacharon Cassano y Baptista casi a partes iguales. La gran jugada había merecido terminar en gol. El Atlético había cometido graves errores defensivos y ante la calidad del Madrid, y fallando lo que se le presentaba, no tenía nada que hacer. Tuvo más consistencia el Madrid en una segunda parte en la que se redujo al máximo un ritmo que benefició a los blancos. El Atlético nada hizo para remediarlo.