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COPA DEL REY | Reportaje | Las risas de Capello y Ancelotti |

El Espanyol será el rival del Zaragoza en la final A bromas con el Madrid

Será la novena que disputen, tras hacer valer el marcador de la ida Los dos técnicos, pretendidos por el club blanco para la próxima temporada, acaparan el protagonismo en el homenaje

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efe | roma - colpisa | coruña

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El Espanyol se clasificó para la final de la Copa del Rey, en un encuentro en que aguantó los desordenados ataques de los gallegos. El Deportivo salió como Joaquín Caparrós quería. Había pedido que su equipo no se volviera loco en la búsqueda del gol clasificatorio. Había que ir poco a poco, porque el partido era muy largo. Sus hombres captaron el mensaje y buscaron el ritmo adecuado para perforar la portería del inseguro Kameni. Pero se encontraron con dos factores que encasquillaron la maquinaria deportivista. El primero, la actitud del Espanyol. El equipo de Lotina no salió a encerrarse y aguantar el resultado conseguido en Montjuic, sino a plantarse en el centro del campo y soportar ahí las embestidas de los gallegos. Entonces, como una consecuencia de la anterior, surgió el segundo problema del Dépor: no sabe atacar en estático porque no tiene quién dirija las operaciones. La lesión de Valerón ha cortado el suministro a los delanteros, que no reciben el balón; y los defensas no saben cómo sacar la pelota de atrás. La única opción era el balón largo pero, al tercer intento, la defensa espanyolista ya se sabía el truco. Y si, además, se incluye la ausencia de Tristán desde el inicio, la ineficacia de los deportivistas era patente. Mientras, el Espanyol continuaba a lo suyo. Bien plantado, no desperdiciaba la posesión del balón. Se lo daba a De la Peña, quien se encargaba de distribuir a sus compañeros. Así, una triangulación con Luis García y Tamudo fue la ocasión más peligrosas del partido. Molina desbarató el tiro del capitán espanyolista. Caparrós abogó por la carga directa. Dos hombres altos (Tristán y Xisco) a recibir balones clogados. Lotina contestó sacando más hombres para poblar la defensa. Así, entre balonazos y menor tensión de la esperada el Espanyol se clasificó. Carlo Ancelotti y Fabio Capello, actuales entrenadores del Milán y del Juventus Turín, respectivamente, bromearon ayer sobre las informaciones que los vinculan con el Real Madrid la próxima temporada, para terminar afirmando ambos que tienen aún contrato con sus clubes. «¿Al Real Madrid? Es imposible. Mi situación es clara: tengo contrato con el Milán, un club importante, y pretendo respetarlo y seguir mucho tiempo en él. Cuando un gran club une tu nombre al suyo es una prueba de estima que siempre gusta», dijo Ancelotti. «En el Juventus estoy muy bien, tengo contrato en vigor con esta entidad para la próxima campaña y veremos qué ocurre cuando este termine», fue la respuesta de Capello. Ancelotti y Capello compartieron esta tarde conferencia de prensa con los holandeses Frank Rijkaard, actual entrenador del Barcelona, y Johan Cruyff, que jugó y dirigió al equipo catalán varios años y le llevó a la consecución de la única Copa de Europa en su poder. Los cuatro fueron la pasada noche los entrenadores del partido homenaje al centrocampista Demetrio Albertini, que ayer «cuelga las botas» oficialmente con una doble confrontación, en el milanés «Giuseppe Meazza», Milán-Barcelona; primer tiempo, los equipos de ambos clubes que jugaron la final de la Copa de Europa en 1994 (ganada por los milanistas, entonces dirigidos por Capello, a los barcelonistas de Cruyff; segundo tiempo, con la actuales formaciones. Una conferencia de prensa marcada por la simpatía y donde las informaciones que llegan procedentes de los medios españoles, y ampliamente recogidas por los italianos, sobre un hipotético interés del Real Madrid por Ancelotti o Capello tuvieron su protagonismo. Incluso, tras las negativas de Ancelotti y Capello a estas informaciones, se llegó entre los cuatro a bromear con el «futuro Real Madrid» e, incluso, le dijeron a Rijkaard que de irse Ancelotti él también podría terminar en el banquillo del Milán.