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DESDE EL BOX

La búsqueda de la imitación perfecta

Publicado por
JOSÉ MARÍA RUBIO
León

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TODO EL PERSONAL y el material llegaron a la capital de Malasia en la tarde del lunes y los más rezagados el martes por la mañana. La corta y estrecha calle de Jalang Petaling, donde se dan cita los falsificadores de Malasia, era el centro de reunión del mundillo de la F1. Los mecánicos de Renault, ingenieros de Red Bull, todo el equipo Ferrari en pleno, periodistas, los camareros del catering que sirve a los vips en el circuito, y que viajan por todo el Mundo desde Austria. Todos estaban allí. El que más y el que menos estaba buscando un Tag Heuer Monza, o un Chopard, casi como los de verdad, pero con un precio máximo después de regatear de unos 30 euros. Los programas de ordenador de última generación a dos euros, las películas en DVD a es eprecio, camisas, camisetas, gorras, todo un mundo de imitación donde Fernando Alonso es uno de los protagonistas en gorras y camisas. La humedad del 90%, una temperatura agobiante, gente sentada por cualquier parte comiendo una especie de sopa imposible de digerir, y sin embargo en todo ese tumulto de mesas en medio de la calle, los mecánicos de Fernando degustando una mariscada. Entre el gentío que se probaba pantalones de camuflaje o deportivas Puma, estaba Michael Schumacher, un habitual los martes del mercadillo. Se desenvuelve en ese ambiente como pez en el agua, acompañado de Willi Weber. Nadie reparaba en el alemán, y si alguno se daba cuenta de su presencia, miraba de reojo para no molestar. Michael ya ha dejado caer que puede renovar por dos años más, sobre todo si se sigue divirtiendo y tiene un buen como parece que es esta temporada. Allí pasó buena parte de la tarde, después de refugiarse en un bar para salvarse de la tormenta que cada día cae en torno a las 16.30 horas de la tarde en Kuala Lumpur.