«El caso Juanín fue algo muy duro, hubo momentos en que pensé dejarlo»
-La marcha de Juanín García sigue siendo todavía a estas alturas una herida abierta en el seno del Ademar? -Está claro que es una circunstancia que siempre estará ahí pero creo que el Ademar, independientemente de culquier situación, tiene que seguir adelante y en eso es en lo que hay que pensar. Pero desde luego que fue para todos, para todo el mundo, una situación muy complicada y muy dura. -Respecto a este episodio, ¿hay algo que nunca haya dicho y que le gustaría decir ahora? -¿Sobre ese episodio? -Sí. -No... simplemente mi sorpresa ante esa situación. Para mí y para casi todo el mundo fue algo sorprendente. -Aquella fue una situación que mezcló lo deportivo con lo personal y lo familiar. ¿Pensó alguna vez en dejarlo todo e irse? -Sí. Hasta ahora no había vivido en toda mi carrera deportiva, desde que empecé con veinte años hasta ahora que tengo 51, una situación tan complicada y desagradable. Se pueden perder partidos y tener una racha de malos resultados, pero lo cierto es que nunca había vivido una situación tan dura como aquella. Para mí fue todo sorprendente. Y me sorprendió también que aquella situación hiciese cambiar a algunas personas su opinión sobre mí. Y creo que en algunos aspectos injustamente porque para algunas personas que yo era el entrenador ideal del Ademar me convertí en una especie de enemigo al que incluso hay que desprestigiar. Y eso en una ciudad pequeña como León es muy duro porque al final estas son cosas que no sólamente me llegan a mí sino que llegan también a la familia. En todo caso, también es cierto que hay otra mucha gente que me apoya y que me sigue ilusionando para seguir al máximo. -Ahora toca un ejercicio de autocrítica. ¿No se arrepiente de ninguna de sus decisiones en el último año pongamos por caso por marcar un plazo? -(Rotundo) No, nunca me arrepiento de las decisiones que tomo porque además yo estoy ahí para tomar decisiones y para mí en ocasiones es muy duro tomar algunas decisiones. Sobre todo cuando hay jugadores que se quieren quedar en el Ademar, porque cuando alguien se quiere ir siempre es más fácil. -¿La última que más le costó? -(No se lo piensa) La más dura de los últimos años fue decirle a Stian Vatne que iba a hacer una reestructuración deportiva y que se quedaba fuera del equipo. Fue la más dolorosa a pesar de que él me lo puso muy fácil, aceptando la decisión. -¿Ahora volvería a dar ese paso? Lo que sucede es que cuando tomé esa decisión era en enero y estábamos a punto de fichar a otro lateral zurdo, el polaco Lijewski (luego fichado por el Hamburgo alemán). Teníamos unos planes deportivos que al final se tuvieron que cambiar y la decisión ya estaba tomada en enero y porque el jugador tenía también una buena oferta y había que darle una contestación en esas fechas. Además en aquel momento teníamos muchos jugadores capaces de defender en el centro y quisimos ampliar nuestras opciones, con otro tipo de jugadores para mejorar las posibilidades del equipo».