León no logra culminar la faena

El partido entre Baloncesto León y el CAI Zaragoza respondió a lo esperado. Lo tuvo todo para que los aficionados pudieran disfrutar de un gran partido de básket. Jugadores, banquillos, entrenadores... pero faltó un ingrediente que acabó agriando el cocido. Faltaron árbitros que tuviesen como mínimo un nivel que se asemejase a aquello sobre lo que estaban decidiendo. Los colegiados hicieron anoche mucho daño a León pero no pasó sólo eso. El equipo de Gustavo Aranzana estuvo como siempre muy sólido atrás, pero ayer le faltó un chispa en ataque. El balón estaba ayer caprichoso, como se comprobó desde los primeros ataques, y esa falta de fortuna a la hora de anotar también llegó en las jugadas decisivas, cuando León tiró hasta en tres ocasiones para matar el partido y no acertó a sumar ninguna. El 3 de 18 en triples era premonitorio y ni Bulfoni ni Bernabé acertaron en el momento clave. El partido fue de poder a poder, con dos equipos que tenían las ideas claras, y con un nivel de dureza sobre la cancha que en el tercer cuarto se hizo especialmente significativo por parte del CAI. Y desde las primeras jugadas también quedaron claras algunas pautas. León no tenía una noche fina a la hora de anotar y el rival no iba a permitir que sumase dentro de la pintura con facilidad. El tanteador empezó a avanzar tímidamente y con un 4-11, tras siete puntos de Keys Aranzana paró el partido. Ordenó transiciones rápidas y León de la mano de Barnes y Mills igualó las cosas aunque un triple sobre la bocina de Lescano mantuvo la ventaja para el rival (12-18). En el segundo cuarto Dumas ofreció sus mejores minutos desde que llegó a León. El base francés exhibió su juego explosivo para facilitar puntos a la pareja estadounidense. Y el trabajo atrás era impecable, tanto que el parcial fue de 15-0 (27-20) y parecía todo encarrilado hasta que empezó una vez más el calvario para Higgins. Aranzana le dio un respiro a Barnes y Higgins vio como le caía la segunda falta y volvía rápidamente el banquillo. El CAI aprovechaba las faltas señaladas a León para malvivir a base de tiros libres hasta que Stewart despertó y Vidaurreta se empezó a encontrar cómodos, lo que igualó las cosas al descanso (35-32). León no había estrenado el casillero de triples en la estadística. El partido era tan intenso que para jugar 1,6 segundos se produjo una auténtica oleada de cambios en ambos equipos en la última jugada. En el tercer cuarto se completó el martirio de Higgins, que se fue al banquillo en un par de acciones con cuatro faltas. En el mismo minuto Dani García tenía que irse al vestuario con una ceja abierta porque el CAI utilizaba una contundencia extrema que era tolerada sin rubor por los árbitros. Fueron minutos en los que incluso el partido se les fue de la mano y el CAI aprovechó para ponerse arriba. Cuando León estrenó la estadística de los triples de la mano de Bernabé y Barry recuperó la iniciativa en el marcador, una situación que no perdió hasta un empate a 52 en el último cuarto y hasta el otro triple de Lescano que fue la canasta con la que se cerró el marcador. El último periodo fue una guerra de nervios y a León le faltó un poco de fortuna para matar el partido. Tuvo balones para hacerlo pero la defensa con ayuda del CAI no permitió poner en la pista las jugadas diseñadas y aunque los tiros fueron cómodos no entraron.