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Básket de kilos y centímetros Barnes sufre pero no encuentra rival

El juego interior del CAI ofreció poco más que una extrema contundencia en defensa

Publicado por
Carlos Frá - león
León

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La contundencia del CAI Zaragoza en materia defensiva hizo mucho daño ayer a Baloncesto León. El equipo maño tiene un juego interior bastante pobre, pero con hombres que imponen sus kilos y sus centímetros con especial dureza en materia defensiva, y ayer esta situación se vio favorecida con la permisividad arbitral de una pareja que cree que hacerlo bien sólo es cuestión de no pitar mucho. El CAI tuvo ayer la fortuna que le faltó a León. El argentino Matías Lescano consiguió dos triples decisivos. Uno sobre la bocina en el primer cuarto y otro para remontar un 64-62 que dejó en un 64-65. Y eso en un hombre que roza el nivel del 40% de acierto. Por contra a León le faltó fortuna en el tiro exterior. Llegaba al partido con un 36% en tiros de tres, pero ayer se conformó con el 16% (3/18, dos de Bernabé y uno de Bulfoni) porque anoche no entraban ni siquiera los más cómodos. En ese aspecto es en el único en el que fue mejor el CAI con un 6 de 19 (31%), un nivel más normal. León fue mejor en tiros de dos (47% frente al 38%), en tiros libres (91% ante 65%), en rebotes (40 por 35) y en valoración (57-56). Mills y Barnes, asfixiados El alero estadounidense Silas Mills fue el mejor del partido en la estadística, con 16 puntos y 14 rebotes, cinco de ellos ofensivos. Mills, junto a Barnes, lideró la anotación hasta el descanso en un encuentro en el que varios de sus compañeros no tenía su mejor día a la hora de anotar. Ayer al balón no le apetecía entrar y en bandejas fáciles y en tiros sin ningún tipo de presión el aro escupía caprichosamente la bola hacia fuera. De lo más positivo de ayer fue la gran noche del base francés Dumas. Encalidó a la grada con su juego explosivo, algo en lo que una vez más también estuvo inspirado Mills, con sus espectaculares penetraciones hacia el aro. Pero ayer el alero estadounidense acabó diluyéndose en el último cuarto porque el agotamiento le pasó factura. Jugó 38:35 minutos, sólo superado por Barnes (39:01) al que Higgins no pudo darle más relevos por las faltas que le fueron rápidamente señaladas. La grada, indignada La Marea Roja hizo ayer su aparición en el Palacio y apoyó hasta el final al equipo. Se rozó el lleno, y el público no pudo ocultar su indignación con los árbitros. Anoche hubo muchos motivos y queda en la retina de los jugadores la actuación vengativa de un colegiado que señaló la tercera falta a Dumas -justo después de la segunda- para castigarle por su protesta, lo que acabó con el jugador en el banquillo y con un balón para el CAI con el que logró el empate a 52, única ocasión en veinte minutos en la que igualó las cosas antes de la canasta final.

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