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Los altos caudales condicionan laapertura de la temporada truchera

Desde el domingo se podrá pescar en los ríos leoneses con la excepción del Cares y el Sella

Dos conocidos aficionados leoneses, Quique Sabugo y Justo, con un buen ejemplar de trucha arco iris

Publicado por
Pedro Vizcay - león
León

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El próximo domingo, día dos de abril, comienza la temporada truchera en todos los ríos de León salvo en los tramos leoneses del Cares y del Sella, en los Picos de Europa, en los que la apertura se retrasa al 20 de mayo. Precisamente en estos dos ríos se pondrá en práctica una norma nueva, muy discutida, consistente en que los pescadores residentes en los municipios de Oseja y Valdeón podrán pescar con muerte, mientras que el resto podrán pescar también pero devolviendo al agua las truchas capturadas. Pese al mal estado de los ríos, con caudales altos y aguas frías, la mayoría de los cuarenta mil pescadores leoneses, junto con los forasteros habituales en estas primeras jornadas, se darán cita en las márgenes del río tras el largo paréntesis que supone la veda. La temporada que ahora se abre se presenta plagada de incógnitas que los pescadores irán desvelando a lo largo de los próximos meses, hasta el treinta de julio con carácter general y el treinta y uno de agosto en las aguas reguladas. A lo largo del invierno los ríos han discurrido muy cortos de caudal por la escasez de precipitaciones. El incremento de las temperaturas de mediados de marzo, unido a las lluvias y al fuerte viento, han contribuido al deshilo de la abundante nieve acumulada en las montañas y han incrementado los caudales de forma notable, lo que, en esta apertura, perjudicará la pesca con señuelos artificiales. Tan solo en el río Luna debido a que el embalse de Barrios de Luna está embalsando al máximo, el río baja con poco caudal. Aquí el problema en esta primera jornada será la acumulación de pescadores en los tramos libres, que pondrá en fuga a unas «pintonas» acostumbradas al sosiego de la época de veda. A partir de la desembocadura del Omaña el río, ahora Orbigo, vuelve a tomar caudal. Otro río pescable será el Tuerto, y en menor medida, el Duerna y el Eria, ya que los deshielos del Teleno son menores. En la comarca berciana todos los ríos discurren altos, pero pescables ya que la temperatura del agua es mayor al ser de régimen pluvial. Cucharilla y cebo natural Aunque la modalidad del cebo natgural se practica cada vez menos no cabe duda de que, a principio de temporada y tal como bajan los ríos será el arte más eficaz. Tanto el cebo de río, gusarapa gusarapín y marabayo, como y muy especialmente la lombriz, pueden dar muy buenos resultados lo mismo en las corrientes a la entrada de pozos y tablas que en los remansos si las aguas bajan altas y algo turbias. Es importante advertir que los ríos llevan dos semanas d e crecida y que, aunque siguen altos, la tendencia es a la baja, por lo que las truchas pueden mostrarse mucho más activas. En todo caso los pescadores de lombriz deben saber que, desde el pasado año, hay una normativa especial con respecto al tamaño del anzuelo. En efecto, de la punta al asta debe tener mas de nueve milímetros y la longitud total debe superar los veinticinco. El uso de anzuelos mas grandes se impone para evitar que la trucha pequeña lo trague con facilidad y se la dañe irreversiblemente al desanzuelarla antes de ponerla en libertad. Los señuelos artificiales constituyen la forma más habitual de practicar la pesca. La cucharilla, que va perdiendo adeptos, puede dar buenas capturas pese a que el estado de los ríos no es el mas adecuado para este arte. A principio de temporada es conveniente trabajarla muy bien, próxima al fondo, y despacio, pues la trucha no la tomará si ha de realizar un esfuerzo al desplazarse. La mosca ahogada suele ser más efectiva pero el inconveniente es que, en esta época, las eclosiones son cortas y los periodos de actividad, caso de cebarse, también lo son. Será preciso estar muy atento y aprovechar la media hora que puede durar la eclosión, aunque antes y después también pueden picar. Mucho peor lo tienen, tal y como bajan los ríos, los pescadores de mosca seca. El pescador de «látigo» tiene sin embargo la posibilidad de pescar a ninfa, una opción que deberán aprovechar para conseguir capturas. Un buen momento para la pesca Nunca como en este año se ha presentado tan propicia la pesca en los embalses al principio de temporada. La necesidad de embalsar hace que se esté reteniendo más agua de la que se suelta y que, por este motivo, esté subiendo el nivel. Al anegar las zonas que han permanecido secas se mueve gran cantidad de alimento, larvas y lombrices especialmente. En esta situación las truchas se colocan de orilla y es más fácil pescarlas utilizando tanto el cebo natural como cucharillas o peces artificiales. También los grandes lucios comienzan a estar activos en estas fechas pese a que no ha finalizado el desove. Los que pescan ciprínidos han de saber que los barbos acostumbran a concentrarse en esta época en las zonas profundas pero a veces se descuelgan a las raseras. En estas circunstancias suele dar muy buenos resultados el cebo corrido, tanto el gusarapín como la lombriz. Las carpas tienen su principal habitat en los embalses, especialmente el de Bárcena próximo a Ponferrada. También en otras masas de agua como el embalse de Antoñán o el de Campañana, próximo a Carucedo, aunque ésta no es la mejor época para pescarlas. El cupo de carpas es dos docenas y una docena de barbos. Si algún afortunado captura una anguila de río debe saber que la talla mínima es de 30 cms y el cupo de tres. En todos los casos el pescador debe disponer de la preceptiva licencia. Precisamente en estos días previos se preparan largas colas en la planta quinta del edificio de la Junta para renovarla u obtenerla por vez primera, y ello a pesar de que se puede sacar a través del banco.