El Movistar ya tiene su héroe

El reconocimiento de la organización de la Volvo Ocean Race con el Trofeo al Mejor Navegante al tripulante australiano del Movistar Chris Nicholson ha desvelado algo más que una acción aislada que salvó al barco de hundirse durante la cuarta etapa. A sus 36 años es uno de los más reputados navegantes del mundo pero su faceta de electricista de a bordo es también muy reconocida, aunque su acto de valentía en el barco no fue un hecho aislado. Sus primeros pasos como electricista los dio en las minas de carbón del lago McCrory, al norte de Sydney, donde estuvo trabajando casi diez años. Dos personas que conocía ya habían muerto en accidentes mientras picaban carbón y le tocó sentir de cerca la muerte cuando el techo que estaba sobre su cabeza empezó a amenazar con desplomarse en cualquier momento. Chris y unos pocos compañeros tomaron una decisión rápida. Midieron la distancia entre el suelo y las toneladas de roca que se amenazaban caer sobre ellos y empezaron a buscar puntales para mantener el techo en su sitio. Los que encontraron eran treinta centímetros más cortos. «Así que hicimos un juicio rápido y los adaptamos como pudimos y el camino para huir quedó suficientemente claro para aquellos muchos que estaban dentro de la mina para alcanzar la superficie», explica Nicholson. Algo parecido le sucedió hace tres semanas cuando se levantó de su litera en el Movistar tras un grito de Pepe Ribes porque «había que tomar decisiones en un segundo, de lo contrario el agua que estaba entrando habría enviado el barco al fondo del mar», indica el australiano. El motor y la terminal de la batería del barco estaban al nivel del agua y debido al movimiento del barco, muchas veces se quedaban bajo el agua, lo que se convertía en una amenaza real de sufrir una descarga eléctrica. Chris tuvo que aflojar un par de tornillos a la batería, usando unos alicates aislantes para prevenirse de una descarga eléctrica.