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Kjelling vuelve a ser un arma letal

Sus once tantos, nueve en la segunda mitad, claves en el triunfo del Ademar ante el Arrate

Héctor Castresana en una de sus habituales acciones de garra en el pivote

Publicado por
Luis Larrañaga - eibar
León

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Le costó más de lo esperado al Ademar de León superar a un Arrate en mala racha. Sin embargo, los leoneses dejaron claro que ellos tampoco están pasando por su mejor momento y, pese a su teórica superioridad, fueron incapaces de romper el encuentro hasta bien avanzada la segunda mitad. La actuación de Kristian Kjelling y la del meta Alilovic, saliendo desde el banquillo, fueron clave para la victoria del Ademar ante un Arrate que sólo se dio por vencido en los últimos dos minutos de partido cuando, desesperado por los nueve goles de Kjelling en la segunda parte y por las paradas de Alilovic, vio además como el colegiado excluía por tercera vez, y por tanto expulsaba, a Kobine, dejando a los locales sin una de sus piezas clave. Tras un comienzo dubitativo del Ademar, que le llevó a ir por detrás en el marcador en el minuto 10 de partido (8-7), el cambio de defensa introducido por Manolo Cadenas permitió reaccionar al Ademar. Y es que la defensa 6-0 inicial no estaba dando resultados a los leoneses, por lo que cuando faltaban seis segundos para cumplirse el minuto 10 de partido cadenas decidió meter en pista a Roberto García en lugar de Laluska y pasar del 6-0 a una 5-1, lo que posibilitó que el conjunto leonés se centrase y consiguiese un parcial de 5-1 con el que dio la vuelta al marcador y se puso con tres goles de ventaja en el ecuador de la primera mitad (9-12). También contribuyó a la mejoría de los de León la salida a la portería de Alilovic en lugar de un Jorge Martínez que no estuvo muy centrado en el inicio de partido y en los diez primeros minutos únicamente pudo detener un balón a los jugadores eibarreses. Pero no todo iba a ser un paseo para los leoneses y, cuando parecía que el Ademar podía encarrilar tranquilamente la tarde en su visita a Eibar, la Juventud Deportiva Arrate apretó los dientes y poco a poco echó el aliento en la nuca del Ademar. La buena actuación del guardameta local Vuçinic, con nueve paradas en la primera mitad incluidos dos lanzamientos desde los siete metros, posibilitó que los de Jorge Dueñas volviesen a meterse en el partido hasta conseguir igualar el encuentro a 16 goles a falta de un minuto y 57 segundos para llegar al descanso. La igualdad fue la tónica dominante del choque en esos minutos finales de la primera parte y parecía que el empate iba a ser el resultado definitivo de estos primeros 30 minutos de juego, pero el postrero gol de Prendes hizo que los de Manolo Cadenas llegasen con mínima ventaja en el luminoso al intermedio del encuentro. Los inicios de la segunda parte fueron muy parecidos a los del comienzo del choque. Manolo Cadenas volvió a apostar por el 6-0 defensivo y aunque en la reanudación estuvo más seguro en defensa que en la primera mitad, lo cierto es que tampoco ahora conseguía el equipo leonés romper el partido. Además, la exclusión de Morros en estos primeros compases dejaba al Ademar con un hombre menos en pista, circunstancia que aprovechó el Arrate para empatar a 19 goles. Y no sólo eso, si no que los locales, a base de empuje y coraje, lograron incluso ponerse por delante en el marcador. Fue, eso sí, la última ventaja de los arracianos ante un conjunto leonés que tuvo la fortuna de encontrar el brazo ejecutor de Kristian Kjelling en esta segunda parte. El noruego marcó nueve de sus once goles en esta segunda mitad y fue una de las claves de la victoria de su equipo. La otra fue la excelente aportación de Mirko Alilovic bajo palos, su actuación fue determinante, deteniendo hasta ocho lanzamientos en esta segunda mitad. Sin embargo, y pese a todo, a los últimos dos minutos de juego el Ademar León llegaba con tan sólo un gol de ventaja, pero el colegiado expulsó al local Kobine a falta de 1'58 para la conclusión y ahí se acabó el encuentro para los locales. Ademar transformó el penalti, se puso dos arriba y el Arrate, con uno menos en pista, bajó definitivamente los brazos.

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