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En un duelo entre aspirantes a 'Champions', el Valencia fue fiel a su estilo, venció en Balaídos y ascendió así a la segunda plaza de la Liga, empatado a puntos con el Madrid. Un gol de Angulo reflejó la superioridad del equipo de Quique Flores, muy cómodo ante un Celta plano que estaba obligado a ganar para pensar en la Liga de Campeones y se tendrá que conformar, de momento, con la Uefa. En un soso partido sin apenas ocasiones, el Valencia aprovechó la suya y anuló con defensa y presión el escaso fútbol vigués. El triunfo del poco atractivo pero práctico Valencia se fraguó en un primer tiempo el Celta no disparó a puerta y sufrió muchísimo ante la movilidad de Aimar. El Celta fue de más a menos, y muy alejado del área rival, quedó pronto a merced de un Valencia que llevó el control en la medular y buscó sobre todo la banda izquierda. El equipo vigués perdió la batalla en el centro del campo y tampoco utilizó las bandas. La mayor solidez y llegada del Valencia dio sus frutos antes de la media hora, y de ahí hasta el descanso, a los levantinos no les costó esperar. El Valencia pudo lograr el segundo al comienzo de la segunda parte, gracias un jugadón de Villa, pero lo evitó Pinto, y a continuación, en boca de gol, Placente, tras un disparo de Regueiro. La respuesta de Fernando Vázquez fue retirar a los dos extremos y sacar a Perera, y a Méndez, para jugar con tres centrales, pero tampoco hubo resultado porque Ángel y Placente no subieron. El Valencia dejaba jugar a un Celta sin ideas y se encontraba cómodo, buscando sorprender a la contra. Ni siquiera acabó el partido Oubiña, pero lejos de mejorar, el Celta no encontró ninguna salida y tuvo que rendirse ante la capacidad de recuperación de un Valencia al que resulta muy complicado marcar un gol cuando se adelanta.