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Un gran partido al que faltó el gol

Cultural y Oviedo ofrecieron un buen espectáculo con más de 7.000 aficionados en la grada

León

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El encuentro entre la Cultural y el Real Oviedo respondió a la expectación que había levantado durante la semana. La presencia de más de 3.000 hinchas del equipo oviedista sobre las gradas del estadio Antonio Amilivia dio un ambiente espectacular al encuentro. Como hacía tiempo que no se vivía en el campo leonés. Desde una hora antes del partido, la ruidosa afición azulona estaba apostada en las inmediaciones del escenario del choque. Los cánticos hacia el cuadro astur se dejaron oír por los cuatro costados de la ciudad leonesa. Desde la zona del Húmedo hasta la Pícara Justina, el colorido azul y las voces de ánimo estuvieron presentes. Este ambiente de las calles leonesas y de las gradas se trasladó al terreno de juego. La marea azul , que arrastró a tres millares de incondicionales, despertó a los seguidores locales, que en ningún momento se dejaron impresionar por la grada de tribuna este repleta de forofos oviedistas. Ni el aguacero que cayó antes y durante el partido mermó el colorido de una auténtica tarde de fútbol. Como las de antaño en la capital leonesa. Los protagonistas, en el césped, se comportaron de acuerdo con la grada. La combinación fue explosiva. La tarde de fútbol se convirtió en un espectáculo como no se ha presenciado durante toda la temporada en el Amilivia. La hinchada leonesa se portó como nunca este año. Sacó a relucir todo su genio para apoyar a los suyos, algunos insultados gravemente (casos de Pablo Díaz y Rubén Suárez por su pasado oviedista) por la parroquia asturiana. Desde el primer minuto de juego, la vivacidad, la intensidad y la emoción hicieron vibrar a ambas aficiones. Dos equipos en busca de idéntico objetivo: ganar para acercarse a sus aspiraciones inmediatas. Esquemas ofensivos, aunque sin descuidar en ningún momento la cobertura. Después de unos primeros minutos de brega y ansiedad por tomar el mando del centro del campo, el Real Oviedo llegó primero con peligro a la portería defendida por Aulestia. El central Lusarreta remató de cabeza un saque de esquina botado por Jon Carrera, que el cancerbero culturalista detuvo de manera soberbia. Aulestia, una vez más, infundió seguridad al resto del equipo. Los de Álvarez Tomé respondieron enseguida. Diego Cascón, muy bullicioso durante toda la tarde, tras recoger un balón en el área, remató a la escuadra derecha de Rafa, pero el meta ex culturalista sacó una mano prodigiosa para enviar el cuero a saque de esquina. El encuentro ya no tuvo descanso. El toma y daca en ambas porterías convirtió al choque en una gozada para la vista. Los seguidores culturalistas se olvidaron de la mala campaña que vive su equipo y lo ovacionaron todo, porque todo fue digno de una tarde plena de fútbol, que muy de cuando en cuando se ve en la categoría. No faltó de nada, ni siquiera la jugada polémica. Un remate de Jandro a la red se quedó sin gol, porque vivió en fuera de juego desde que la pelota salió de su compañero Rubén. Antes del descanso y con un Real Oviedo mejor posicionado sobre el rectángulo de juego, el delantero Nacho García dio el último susto del partido a la hinchada local. Aulestia, otra vez, se mostró impecable en su cometido. Los segundos cuarenta y cinco minutos sólo tuvieron un dueño, el bloque culturalista. Los de casa se impusieron en todas las zonas del campo a un Real Oviedo por momentos contra las cuerdas, pero sin encontrar el golpe acertado para noquear al rival y, así ofrecer una gran victoria, que hubiera sido tremendamente reparadora. La seguridad de la cobertura asentó el centro del campo. Sin acudir al pelotazo, el equipo culturalista jugó el balón por cada una de las líneas, sin que el rival acertara a contrarrestar el vendaval de fútbol local. Burgueña e Iván Mateo, junto a un prodigioso Pepín, difuminaron del terreno al Real Oviedo. Las llegadas hacia la portería de Rafa se sucedieron. La parroquia leonesa enloqueció de orgullo al ver a un equipo con voluntad, temperamento, coraje, amor propio, ideas, sacrificio, ímpetu y sobre todo ganas de demostrar a una afición, muy desasistida en estos últimos tiempos, que ya llegará el éxtasis que tanto se espera en León, porque los cimientos ya están consolidados con determinados futbolistas claves para el futuro. Cascón, Burgueña, Pepín, Revetria (al palo), Pablo Díaz e Iván Mateo (a la madera), gozaron de ocasiones que la grada cantó como goles. La comunión se alcanzó sin el gol.

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