Diario de León

LUCHA LEONESA 2000

Orgullo y autoestima (II)

Publicado por
MARRO
León

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SABIDO ES que la seudoprogresía intelectualoide pasa de San Villalar y sus connotaciones. Y que desde esta columna nos arriesgamos a quedar como patrioteros leonesistas -y por supuesto cavernarios con acento castellanista- cuando deploramos incorporar la lucha Leonesa a la celebración (?) de la Autonomía: fiesta y exaltación tan castellana como antileonesa. Y cuando reivindicamos precisamente subir el listón en la valoración de lo leonesamente nuestro; poner en valor, enorgullecerse y exaltarlo al máximo. Sin complejos y recreándose en la autoestima. Repudiando el sonrojante escarnio de ese colmo de «nacionalidad histórica» con que pretenden motivar nuestro ungimiento (histórico?). ¿Algo más leonesamente nuestro que la propia y exclusiva lucha leonesa? Pues insensibilidad casi absoluta. Día tras día, año tras año, el mismo vasallaje. «...Que no, que no: que aquí no ha pasado nada./ Que siguen las torres quietas, amaneciendo espadañas,/ y nuestros muertos se mueren sin música de campanas,/ honor que Dios ha legado sólo al señor de la espada». Vicente Presa sin duda apuntaba en sus versos al castellano dueño y señor del castillo. Desde la amargura y la desesperanza. «Mi tierra es la tierra de pardos caminos/ de peña y de polvo,/ de verdes zarzales/ y agudos espinos». Jorge de Ícaza, como último recurso, se nos refugia en... nosotros mismos. «En esta patria leonesa ¿qué nos queda por hacer? Acaso únicamente repetir con el poeta: volver donde está la casa de uno, por triste que sea;/ la tierra de uno por seca que éste,/ las penas de uno, por duras que parezcan. Son de uno, carajo». Benito Pamparacuatro, alcalde republicano de Sahún fusilado en el 36, retorna a la realidad -cazurra- con toda crudeza «La mayor inocentada/ es hacer labor honrada/ para la masa oprimida/ en esta tierra dormida/ que no se entera de nada». Victoriano Crémer nos devuelve la autoestima con sus mensajes siempre tan lúcidos: «León es un compromiso del alma y un deber del corazón. Aquí fue un hombre, pisad fuerte la tierra que lo cubre y notaréis el pálpito de un pueblo». Mientras que Antonio Gamoneda busca alejar definitivamente la desesperanza, desde precisamente su «Canto a León en la esperanza... porque es preciso conquistar la altura/ para esta tierra que nació sin alas». En los terrenos de lo mediático, como la «opinión publicada» progre es abrumadora y arrolladora, tal parece como si no existiese la «opinión pública» del leonés de a pie; de la mayoría silenciosa. «No es la hora de los mansos» sirviéndonos de un expresivo y beligerante titular del colega Chencho al hilo de las pleitesías autonómicas; versus, de los políticamente correctos. Y ya puestos a invocar a los colegas, el gráfico colegui Juárez también expresó -gráficamente- en su tira-mensaje humorístico la convicción que hacen sentir al pobre León enjaulado de pertenecer a la autonomía que alecciona la Fundación Villalar... a latigazos (del verdugo castellano); para así mantener y alentar su estímulo de León... ez. Cerramos con algún testimonio más cercano y tangible; de sentimiento leonés en estado puro. Qué ejemplo de dignidad el del Presidente de la Asociación Cultural Aguzo -Bailes Regionales de León- que hace un año tuvo claro hacer pública su dimisión «por estar en desacuerdo con la participación del Grupo en la Fiesta Castellana de Villalar. Figurando en nuestros estatutos, como fin de la Asociación la defensa de las tradiciones leonesas, no creo que sea en dicha celebración donde mejor se realice esto, ya que como todos sabemos, desde la Fundación Villalar lo que se pretende precisamente es hacer desparecer todo lo que suene a León, falsando nuestra historia, convirtiendo, como por arte de magia, cosas genuinamente leonesas en castellanoleonesas o simplemente castellanas». Pues verbigracia «aluche castellanoleonés». En el mundo de la lucha leonesa, y menos que nadie por parte de sus dirigentes sería inimaginable un rasgo de dignidad semejante. O de rebeldía testimonial, al menos de carácter puntual y aislado (pero explícito). Todo lo demás que se llegue será a interiorizar por parte de algún espíritu mínima y sensiblemente leonesa, y ante el vasallaje de la lucha leonesa al señor del castillo: Qué pinta ese trapo a cuadros/ que porta ese luchador/ es una trágala, hijo/ no va nada con León. Unas veces por vergüenza/ otras veces por pudor/ atada esta que no izada/ que la sirva... el servilón».

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