Las variaciones de caudal en el Órbigo indignan a los pescadores

RIO CAUDAL AGUAS CONDIC. DE PESCA Esla normal claras buenas Porma normal claras buenas Órbigo * normal claras buenas Sil algo alto claras regulares Tuerto normal claras buenas Bernesga algo alto canosas regulares Torío normal claras buenas Curueño normal claras buenas Omaña algo alto claras buenas Luna bajo claras buenas Eria normal claras muy buenas Duerna normal claras muy buenas Cabrera alto canosas regulares Burbia normal claras buenas Cúa normal claras buenas Valcarce normal claras buenas Selmo normal claras buenas Ancares normal claras buenas Cea normal claras muy buenas * Los días de diario sufre fuertes variaciones por debajo de Alcoba de la Rivera entre las doce y las seis. Es evidente que la pesca deportiva no aparece entre las prioridades de las Administraciones que se ocupan de los usos del agua. Los desembalses por las compuertas de fondo, las variaciones de caudal provocado por las minicentrales o los caudales mal llamados ecológicos que dejan prácticamente secos amplios tramos de río son el pan nuestro de cada día. Por si esto no fuera suficiente las Confederaciones Hidrográficas, dependientes del Estado Central, y que administran los caudales, se encuentran enfrentadas con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León competente a la hora de salvaguardar la fauna piscícola. Los intereses de una y otra administración chocan con demasiada frecuencia pues los objetivos que se marcan son diferentes cuando no antagónicos. Parece una necesidad apremiante que la reforma del estatuto de autonomía de Castilla y León reclame la transferencia de la Confederación Hidrográfica del Duero, ya que la cuenca de este río drena una alto porcentaje del territorio de la Comunidad a través de sus afluentes. Los ríos regulados son los que más sufren la política hidráulica que tiene los abastecimientos, el riego agrícola y la producción hidroeléctrica como prioridades por encima de la conservación y buena salud de las poblaciones piscícolas. Veamos algunos ejemplos: Por encima del embalse de Vegamián en el río Porma se encuentra la minicentral de Camposolillo. El desvío de agua se realiza a partir de una pequeña presa diseñada de tal forma que impide a las grandes truchas pantaneras remontar en época de freza, cuando habría sido muy sencillo realizar un proyecto de muro con suave pendiente que permitiese dicho remonte. Para paliar el penoso espectáculo de ver hembras de tres y cuatro kilos cargadas de huevas intentando remontar el muro, se ha construido una escala salmonera que parece hecha «a la traición» ya que no remonta ni un dos por ciento y eso con terrible esfuerzo. El proceso natural que supone que las grandes truchas desoven en el río y regresen al pantano y que los alevines repueblen el cauce aguas arriba derivando también hacia el embalse se ha roto. Este hecho es apreciable a simple vista en los meses de diciembre y enero, pero nadie pone remedio. La solución declarar el embalse como tramo de pesca sin muerte, como si los pescadores fuesen los culpables de la baja densidad de truchas y salmones que alberga. El desastre del Esla Antes del cierre de la presa de Riaño el Esla disponía de acotados realmente maravillosos. Éscaro o Bachende, hoy anegados, eran un auténtico paraíso, pero también Las Salas o Valdoré, por debajo de la presa y que aún persisten como cotos de pesca pese a que nadie consigue una captura de abril a agosto. La razón es muy sencilla. El agua se desembalsa por las compuertas de fondo y por esta causa está a una temperatura de entre tres y cuatro grados y apenas contiene oxígeno disuelto. Por otra parte los caudales para alimentar el canal de Payuelos y de la margen izquierda del Porma son tan brutales en verano que rompen el equilibrio del cauce de forma que para las truchas la vida se hace imposible. Los pescadores deportivos han desaparecido de estos tramos de río aunque por los cotos todavía aparece algún despistado, casi siempre foráneo, que se despide jurando que le han timado y que no volverá nunca mas. La última idea ha sido crear un tramo de aguas bravas con un estadio incluido. Tal vez se consiga así salvar el turismo, ya que la pesca es una utopía. Tan solo a partir de Cistierna el río cobra algo de vida, mejorando río abajo cuando el agua comienza a tomar temperatura y a recuperar oxígeno. Sil y Órbigo Tal vez el río mas aprovechado para la producción hidroeléctrica sea el Sil, uno de los cauces mas ricos en fauna piscícola. El sistema de embalses jalona el río desde Villablino a límite de la provincia de León. Las magníficas carpas de Bárcena o la abundancia de «peixes» en todo el curso bajo se complementa con las grandes truchas color pizarra y pintas rojas como sangre que lo han hecho famoso. También es uno de los ríos mas contaminados, especialmente de Ponferrada para abajo. La necesidad de limpiar el cauce se resuelve a menudo con fuertes desembalses que, como en este año, revuelven los fondos y ocasionan una importante mortandad de truchas, precisamente las más grandes que son las que necesitan más oxígeno disuelto. Pero los mayores «cabreos» corresponden a los pescadores del Órbigo, que son muchos, por debajo de Carrizo y mas concretamente de la central de Alcoba. La puesta en funcionamiento de esta central en las horas del mediodía coincide con la mejor hora para pescar a mosca, ya que entre la una y las cinco de la tarde se produce la eclosión de insectos. En Santa Marina del Rey el río comienza a crecer hacia las dos y media arrastrando gran cantidad de sólidos en suspensión y con evidente riesgo para los pescadores. Imposible seguir pescando. El pasado martes a las dos de la tarde a la altura de Veguellina de Orbigo habría no menos de cuarenta pescadores, a las tres y media no quedaba ni uno. Parece que los domingos no se turbina, lo que permite al menos pescar en este día. Esa es la penosa situación que coloca a los pescadores en el último puesto de la larga fila de usuarios del agua.