Ademar se redime frente al Barça pero claudica al final y ya esquinto Ivo se retiró lesionado pero no parece un percance serio

El Caja España Ademar de León cayó en su visita al Palau Blaugrana de Barcelona (29-26), a pesar de dominar durante gran parte del partido y mostrar una imagen mucho más ambiciosa. Los de Manolo Cadenas pagaron en demasía su falta de concentración en los últimos instantes del encuentro, fundamentada en gran parte por una consecución de errores arbitrales, que minaron el ánimo de los jugadores. Con esta derrota los leoneses encadenan su segunda derrota consecutiva, tras la derrota de la semana pasada frente al CAI BM Aragón, y caen a la quinta plaza de la tabla tras la victoria ayer del Valladolid ante el Granollers. El conjunto leonés saltó sin complejos al parquet del Palau Blaugrana inaugurando Stranovsky el luminoso desde la línea de siete metros, a los pocos segundos. Manolo Cadenas planteó un marcaje defensivo, que se le atragantó al ataque del conjunto azulgrana, durante los primeros minutos de juego. Sin embargo una serie de errores permitieron que el equipo de Xesco Espar materializara un parcial de 3-0. A ello respondió Martin Stranovsky, que con sus certeros lanzamientos desde el flanco izquierdo hacía lucir a Peric, unas veces y anotaba otras, demostrando que cuando está entonado es un jugador letal. La contundente defensa leonesa contrastaba con su ineficacia en ataque, donde tan sólo el eslovaco se salvaba de la quema. Sin embargo, varios balones perdidos de forma consoecutiva por el equipo catalán propiciaron que el marcador lo pasara a comandar el Ademar (5-6). Los culés no se encontraban tan cómodos y el Ademar buscaba y encontraba fácilmente a Castresana y a Manuel Colón en el pivote. En defensa fueron los minutos más brillantes de Alilovic, que desbarataba cualquier indicio de peligro de los locales. Este desbarajuste ofensivo obligó al técnico Xesco Espar a pedir tiempo muerto con (9-10) en el luminoso. Tras el minuto de descanso el ex Ademar Juanín García dio muestras de su clase anotando dos goles de bella factura. Stranovsky cortó algunos pases pueriles entre Romero y Nagy para anotar con suma facilidad. Al filo del minuto 25 de juego la contienda estuvo interrumpida por algo más de dos minutos por la lesión de Ivo Díaz, que se marchó del parquet con la ayuda del húngaro Laszlo Nagy. Con ambos equipos jugando en inferioridad numérica por las exclusiones de Skrbic y Castresana se entró en los segundos previos al bocinazo final de la primera parte. El ataque del FC Barcelona Cifec fue repelido por los pies de Alilovic, que sirvió con celeridad para un Stranovsky fuera de marca, para que anotara el (13-15). Resultado con el que se llegó al final de una primera parte, basado en gran medida por la agresiva defensa del conjunto leonés y la celeridad de sus contraataques, al viejo estilo de siempre. En los primeros compases de la reanudación los porteros se tornaron los héroes de ambos equipos. El cuadro azulgrana basaba su juego de ataque en el acierto del francés Jerome Fernández y de su máximo estilete Iker Romero, que remontaban cada gol de los leoneses. (20-20). El choque estaba roto, ninguno conseguía imponer su ritmo de juego, ni obtener ventajas superiores a un tanto. Además el partido se endureció ostensiblemente, lo que acarreó la expulsión de Jerome Fernández y Raúl Entrerríos, muy protestada desde el banquillo visitante, y a la postre desencadenante del amilanamiento general de los jugadores que dirige Manolo Cadenas. Estos instantes de superioridad numérica fueron aprovechados por el conjunto culé para anotar un parcial de 2-0, que colocaba el (24-22). A pesar de las decisiones arbitrales rigurosas el Ademar no se vino abajo y se mantuvo a tiro de piedra en el marcador (25-24, merced a la buena actuación de Jorge que había sustituido a Alilovic. El partido se enfrentaba a su desenlace con máxima emoción (26-25). Sin embargo el acierto de Skrbic y Romero y el infortunio de Entrerríos con la madera y Stranovsky al malograr un penalti acabaron por apuntillar un encuentro al que el Ademar nunca perdió la cara.