El acierto de Sierra y la artillería pucelana doblegaron al Ademar

El Ademar se encontró con un muro que resultó en la segunda parte infranqueable en la persona del onubense José Manuel Sierra. El cancerbero internacional que le diera el título a Valladolid la pasada campaña, se mostró muy acertado en el tramo final del partido cuando se decidía el triunfo tras un extraordinario partido en el que, como siempre que juega Valladolid, los ataques se impusieron a las defensas. Hasta que Sierra mostró sus galones y llevó a su equipo a la victoria. Fue un partido de poder a poder entren dos equipos que cada vez que se enfrentan suelen hacer saltar chispas. Hasta los últimos instantes del partido no se supo quién iba a levarse la victoria, los de Manolo cadenas, eso sí, solamente dominaron el marcador en los primeros instantes del partido (2-3 en el minuto 5), pero fueron a continuación, casi siempre por detrás en el luminoso. El empate a 18 al descanso dejaba bien a las claras que el poder ofensivo era lo más importante en el pensamiento de ambos equipos. Sobretodo en la primera línea vallisoletana con un Chema Rodríguez inconmensurable en la dirección, bien acompañado por Gull y Muratovic en los laterales. El choque comenzó con mucha igualdad, aunque el Valladolid parecía tener prisa por poner en franquicia la eliminatoria. Así, los vallisoletanos no tardaron demasiado en ponerse por delante en el marcador y tras unos primeros compases de total equilibrio (2-3, minuto 5), el conjunto de Pastor consiguió abrir una pequeña brecha en el marcador y colocar un 11-8 que parecía dar al Valladolid la ventaja suficiente para poder imponer al partido el ritmo que más le interesase. Mientras, los leoneses, estuvieron listos y supieron ver que, sí era cierto que su defensa no estaba funcionando, la de su rival no estaba tampoco para lanzar cohetes. El Ademar se lanzó al ataque en busca de recortar esa distancia y en sólo cinco minutos consiguió situarse a tan sólo un gol de su rival tras un parcial de 3-5 que dejaba bien claro que el de ayer no era un encuentro brillante de las defensas. Así, con los dos equipos más preocupados en atacar que defender y con mucha intensidad sobre la cancha, se llegaba al descanso con un empate a 18 goles que dejaba clara la igualdad sobre la pista. Tras la reanudación, de nuevo el conjunto leonés vio como en el tramo intermedio de la segunda parte su rival ponía una distancia que, aunque corta, comenzaba a pesar moralmente en el cuadro de Cadenas. El 27-24 con el que se llegaba al minuto 45 ya fue insuperable y en el continuo intercambio de golpes el actual campeón de la Copa del Rey volvió a demostrar que se siente como pez en el agua en esta competición y se llevó el triunfo en un partido que puede suponer algo más que una simple eliminatoria de Copa.