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El Barça recurre a dos suplentes para remontar y reinar en Europa (2-1)

Rijkaard tuvo que cambiar con el gol inglés y la entrada de Larsson y Belletti fueron decisivas Henry y Ronaldinho, secundarios Belletti se convirtió en el gran héroe

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Francisco Ávila - enviado especial | parís
León

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Dos jugadores que salieron del banquillo, el sueco Henrik Larsson y el brasileño Juliano Belletti, fueron determinantes en la consecución de la segunda Copa de Europa del Barcelona, que tuvo que remontar en los últimos minutos a un Arsenal (2-1) que se adelantó en el marcador y jugó con diez desde el minuto 18. Por fútbol, el Barcelona merecía el título, pero el Arsenal se agazapó después de haberse adelantado en el marcador en una final atípica. Los catalanes se superaron a sí mismos y dieron la vuelta al partido en cuatro minutos, del 77 al 81. Samuel Eto'o equilibró el partido después de una gran acción colectiva entre Iniesta y Larsson y nuevamente el sueco fue decisivo cuando dio un gran pase a Belletti, otro suplente, en el minuto 81. Rijkaard tuvo la habilidad de cambiar el ritmo del partido, porque en contra de lo que es costumbre, el técnico holandés pensó demasiado en el rival para confeccionar su alineación. Dejó en el banquillo de salida a Andrés Iniesta y puso en juego al holandés Mark van Bommel, un jugador nada habitual, tenía que ofrecer contención, pero el equipo azulgrana perdió creación, algo fundamental en el libro de estilo de los catalanes. Los barcelonistas salieron temerosos y más después de que, en las dos primeras acciones de Thierry Henry, el francés pudo marcar. En su primera aparición, ganó la acción a Márquez y sólo la gran acción de Víctor Valdés impidió el tanto del Arsenal. En cuatro minutos, Titi ya había rematado dos veces. La segunda vez, nuevamente Valdés estuvo inmenso en una gran actuación. Al Barca se le veía muy tenso, perdía el balón continuamente, no construía ni existía conexión entre las líneas. Poco a poco, los azulgrana se recompusieron. Ronaldinho disparó fuera en un lanzamiento de falta (minuto 12) en la primera aproximación y Deco, en el 17, puso a prueba a Jens Lehmann. La jugada clave se produjo un minuto después, cuando el árbitro noruego Terje Hauge expulsó al meta alemán por un derribo a Eto'o, pero no dio la ley de la ventaja en una jugada que finalizó en gol de Giuly. Con uno menos desde ese instante (Almunia entró por Pires), la final ya tenía un guión diferente. El Barcelona se hizo con el control absoluto de la situación y el Arsenal se vio abocado a jugar únicamente a la contra, su argumento habitual durante buena parte de la temporada, pero en este caso, con un jugador menos. Después de tantas emociones en apenas veinte minutos, el partido se tomó un respiro. El Barcelona jugó con paciencia, buscó los espacios, puso más artillería en ataque y parecía tener el partido controlado hasta que en una aproximación del marfileño Kolo Touré, Hauge señaló una falta inexistente. Thierry la puso de manera genial y Sol Campbell, mal marcado por Oleguer, remató a la red de cabeza. En 37 minutos, la tragicomedia del fútbol en toda su esencia. Los ingleses se adelantaron en el marcador y el Barcelona perdió el norte. Como soluciones, Rijkaard puso a Iniesta y después a Larsson. En el minuto 77, Iniesta pasó sobre Larsson y esté habilitó al camerunés. Eto'o remató al palo del portero e igualó el partido. El Barcelona ya se sabía más cerca, Rijkaard había acertado poniendo al albaceteño y al sueco en juego, pero el tercer suplente que entró en el partido, Juliano Belleti, fue determinante. Entró por la banda, combinó con Larsson y batió a Almunia en el minuto 81. El Barcelona ya tenía su segunda Copa de Europa.

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