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Publicado por
MARTÍN
León

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LO ASEGURA el dicho popular: quien da primero da dos veces. La importancia de ganar el premio de los partidos de la decisiva eliminatoria que sobre las puertas del retorno a la ACB de par en par. Como la eliminatoria anterior, al mejor de cinco partidos, ganar el primero es algo así como poner una pica en la cumbre del ascenso a la ACB. Se ha dicho muchas veces, y personalmente lo he comprobado hace una semana, que el fútbol, el baloncesto, el balonmano y el resto de la amplia nómina deportiva, es un estado de ánimo. Conseguir que ese estado de ánimo sea muy positivo es algo esencial. Los jugadores creyendo en sus posibilidades y los aficionados haciendo el entorno propicio, animando o elevando la moral en momentos cruciales de todo partido. Por eso es muy importante y necesario impulsar el motor con el carburante del apoyo de los aficionados desde las gradas. Animando sin cesar, con más intensidad y constancia sí, en el curso del encuentro, llegan momentos de flaqueza. Elevar la moral, estar siempre al lado del equipo. En estas ocasiones singulares, cobra toda su valer y valor el apoyo incondicional de los aficionados. Palacio de Deportes lleno, ambiente propicio, seguridad en la victoria, remar todos en la misma dirección para que la embarcación llegue a buen puerto. Que nadie crea y menos espere que la aventura del ascenso, en su última etapa, está prácticamente lograda. De la confianza al optimismo hay un trecho sembrado de campos de minas. Hay que cimentar convenientemente la esperanza para culminar la cima del optimismo. Y eso se consigue apoyando cada cuan en la medida de su fuerza y de sus posibilidades: los jugadores aportando lo mejor de sus posibilidades, los técnicos dirigiendo con seriedad y acierto, los aficionados estando totalmente al lado del equipo, particularmente si momentos hubiera en que el viento de la adversidad soplara con fuerza, influyendo en el ánimo de los jugadores. Trocar la dura en firmeza para llevar el partido por la buena senda de la victoria. Hoy es preciso poner sólidamente la primera piedra del edificio del ascenso. Sin volver la vista atrás para contemplar pasadas vivencias que no presentan precisamente la imagen del optimismo. El tiempo pasado no fue ni peor, ni mejor. Fue sencillamente distinto. Y precisamente en ese matiz de distinto está la posibilidad de cambiarlo a mejor con la consecución del objetivo. Hoy, en el Palacio de Deportes, primer asalto de la pelea por el título del ascenso. Esta programado el «combate» a cinco asaltos, pero puede terminar por la vía rápida en tan sólo tres. Ganar los dos premios, a favor de cancha y ambiente, sería asegurar casi la victoria final. Hoy y el sábado... Quien da primero...

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