DESDE LA GRADA
Leoneses, basta ya
EL FINAL de esta película segura que está por escribir todavía. Aunque aún nos duela y nos escuezan las heridas causadas por las derrotas sufridas. Pero sólo han sido dos batallas y la guerra la ganará el que consiga acumular tres triunfos y ahora sólo nos sirve seguir luchando. Todos pensábamos que esto no podía pasar. Pero nadie había dicho que en esta película se nos colarían los extras de las películas de los hermanos Marx. Aquí se nos han colado unos señores, cuando teníamos otros protagonistas realmente interesantes, y no necesitábamos la intromisión de ningún extra llegado a este fabuloso espectáculo. Siento mucho tener que expresarme así, pero creo que todos los aficionados y todos los leoneses estamos hartos y exigimos respeto, porque no se puede consentir lo sucedido este fin de semana. Esto está montado así, pero me niego a resignarme y a que la gente piense que aquí nunca pasa nada. A nuestro entrenador le han dado esta temporada con un bote en la cabeza en un pabellón y no pasó nada. Y vino un tipo y se despachó repartiendo todo tipo de comentarios sobre nuestro club, y tampoco pasó nada. Total que más da... Si estos de León siempre se curan sus heridas y en todo caso ya acabarán echándose las culpas entre ellos. Puesto yo a eso me niego. Y ahora más que nunca debemos unirnos y deberíamos irnos todos a San Sebastián, aunque no haya entradas en su pabellón, para decirles a nuestros gladiadores que aún estando heridos seguimos con ellos, porque ese calor de todos los leoneses es muy importante. No dejemos que nadie nos distraiga en la batalla. Nos lo merecemos y nos lo hemos ganado a fuerza de trabajo. Sé que los leoneses tenemos madera y esa madera si se prende no deja cenizas sino brasas de nuestros robles y nuestros castaños, que al quemarse restrallean como petardos y saltan las chispas como centellas. Así pues, ojo con la lumbre que se ha encendido, pues el humo no dejó ver lo que todos esperabamos, justicia y respeto y que gane el mejor. Ahora estamos de rodillas, pero con la cabeza muy alta y estamos convencidos de que el final de esta guerra será en nuestro palacete a pesar de que esos extras que se colaron distraigan a nuestros gladiadores en las batallas. Nuestra autoestima tiene el aval del gran trabajo de toda la temporada. Y nuestro carácter el honor de haber sido los lideres de esta competición. Y el coraje tiene que ser nuestro aliado en los momentos delicados, para que la unión del equipo nos otorgue el valor necesario para vencer al rival. El camino ha tenido trampas y ya no hay vuelta atrás. Pero siempre digo lo mismo, cuando de verdad necesitas el calor de la afición en los momentos delicados. Hoy es necesario en San Sebastián ese carácter cazurro que nunca faltó en las grandes gestas y que ha sido el artífice de las hazañas de nuestros gladiadores en momentos difíciles. Juguemos como toda la temporada y no permitamos que nada ni nadie arrebate de nuestra mirada lo que tanto nos merecemos. Una competición noble necesita jueces justos. Sólo así engancharemos a los jóvenes que quieren una sociedad justa. El deporte tiene que ser un buen aliado para la sociedad, y debe transmitir la necesidad de repetar al otro. No yo no pide que me den, pero exijo que nadie me quite nada. Y lo hago también por el bien del deporte. Y no me valen melodías confusas de agarrones no vistos y faltas al final para compensar. No me vale el teatro bendecido por el árbitro. Exijo justicia y además por el bien del deporte, para que no echemos a la gente de los pabellones y permitamos que el mediocre tenga su día. Hoy, en Donosti, nadie nos apartará de la victoria.