Ademar pone un triste colofón a una temporada decepcionante

Tampoco fue posible. Se quería despedir la temporada con un triunfo y no pudo ser. Se deseaba una victoria para brindársela como regalo despedida a los seis jugadores que dejan la disciplina ademarista -Kjelling, Jorge, Curuvija, Prendes, Parrondo y Yeray- y todo quedó en un anhelo frustrado. Se esperaba ganar al Bidasoa para cerrar la temporada de una forma digna y dejar a la afición con un buen sabor de boca y... al final otra desilusión. Un triste colofón a una temporada para aparcarla definitivamente en el olvido. El Ademar lo intentó ante un motivado Bidasoa pero no pudo. El brazo de Kjelling no fue suficiente y sus doce goles -algunos realmente maravillosos- no llegaron para doblegar a los pupilos de Julián Ruiz. El noruego, en su último partido vistiendo la camiseta del Ademar estuvo magnífico. Brilló con luz propia y supo estar a la altura de la ocasión. Mantuvo todo el choque un auténtico duelo de pistoleros con el lateral polaco del Bidasoa, Nilsson (once tantos) y se apuntó el reto. Por desgracia sólo le valió para su honra personal no para desequilibrar el choque. Con esta derrota, el Ademar dijo definitivamente adiós a las poquísimas opciones que tenía de jugar la Champions. Le hacía falta el tropiezo del Valladolid y éste no se produjo. Quienes sí consiguieron el billete para Europa fueron los jugadores del Bidasoa que celebraron la victoria final como si hubiesen ganado la Liga de Campeones. La inesperada derrota del CAI Aragón en Cantabria les daba la sexta posición en la liga y la posibilidad de jugar la EHF. Sus abrazos y saltos de alegría al final del partido se convirtieron de nuevo en una imagen que, por desgracia, se ha visto con excesiva frecuencia esta temporada. Y es que el Bidasoa se mereció ayer la victoria. Bien es cierto que hubo ciertas decisiones arbitrales con Kjelling como principal protagonista que dieron aire a los irundarras cuando más lo necesitaban. Sin embargo, los jugadores de Julián Ruiz creyeron más en la victoria y se aplicaron con mayor afán para lograrla. Y eso que el pivote Julen Aguinagalde, fichaje del Ademar para la próxima temporada pasó prácticamente desapercibido. De salida, el acierto de la primera línea del Bidasoa ya hacía presagiar un negro panorama. Nilsson y Stankovic machacaban la portería leonesa sin piedad y a los cinco minutos el Ademar ya perdía 1-4. Además, la contundente defensa vasca ahogaba los pases al pivote y frenaba a los tiradores leoneses. Ademar reaccionó apretando más en defensa y sobre todo de la mano de Kjelling que inició su recital de lanzamientos para pesar de un Erevik que, no obstante, volvió a demostrar sus buenas cualidades. Poco a poco, los de Cadenas recuperaron terreno. La defensa 5-1 con Parrondo de adelantado fue limando difereencias hasta llegar a un esperanzador empate a doce a falta de dos minutos para la conclusión del primer periodo. Sin embargo, un despiste en ataque y otro trallazo de Nilsson -el polaco fue una pesadilla todo el tiempo- permitieron irse al Bidasoa con dos de ventaja: 13-15. El arranque de la segunda fue un toma y daca en toda regla. Ademar y Bidasoa parecían dos boxeadores dispuestos a ganar por k.o. Un gol en una portería era contestado en la siguiente a los pocos segundos. Un reverso sensacional de Curuvija puso el empate a veinte. Y hasta ahí le llego la gasolina al Ademar. El Bidasoa persiguió la victoria con más fe, se fue arriba de dos goles y supo conservar esa ventaja hasta el final. Adiós a la temporada y pasar página para pensar en el futuro.