La fiesta de la selección

LA «FIESTA» de la selección española inundó ayer la localidad de Elche, cuyas calles, bares y espacios públicos se llenaron de camisetas rojas, cánticos y sonidos de bocinas para acompañar al combinado nacional en su segundo compromiso antes del inicio del Mundial. Especialmente llamativa fue la enorme aceptación que tuvo el nuevo diseño de la camiseta, sin duda la prenda de vestir más vista en esta localidad alicantina. Esta indumentaria, con minúsculas rayas verticales amarillas, parece haber agradado a la hinchada española, que lució mayoritariamente el nuevo estilo del combinado nacional, el que se estrenará con motivo de la próxima fase final del Mundial Además, muchas tiendas de deportes de Elche exhibieron toda la jornada estas prendas en los escaparates, lo que sin duda contribuyó a que la venta de las mismas se disparase. Sin importar los nombres grabados por cada aficionado, se vieron en las inmediaciones del Martínez Valero grupos de aficionados ataviados con la roja aunque cada uno de ellos con un ídolo diferente, Raúl, Albelda o Puyol, una estampa prácticamente imposible de ver cuando se trata de los clubes de origen de estos mismos futbolistas. Incluso tres horas antes del inicio del encuentro, en los alrededores del estadio ya se podía encontrar diversos grupos de aficionados luciendo estas prendas. De hecho, la entrada del autobús de la selección al Martínez Valero estuvo presidida por calurosos coros de «A por ellos...», tonadilla popular que los propios jugadores e incluso el seleccionador han convertido en himno recientemente. No tuvo, sin embargo, este tema la exclusiva de los cánticos ayer, ya que también estuvo presente la variación del tema de El Koala «Opá vamo a por el Mundiá». Como es normal, los aficionados acudieron al estadio ataviados de los más variopintos artilugios como bocinas, trompetas, pancartas, bufandas e incluso maquillados con los colores de la selección. Asimismo, la carpa de la selección, instalada por la Rfef en los aparcamientos del estadio, se convirtió en una especie de «cuartel general» por la que deambularon hasta minutos antes del inicio del encuentro miles de aficionados. Más tarde, las gradas verdiblancas del Martínez Valero, colores identificativos del Elche, club propietario del estadio, quedaron totalmente cubiertas con la presencia de la «marea roja», que explotó ya con la salida de la selección en bloque para iniciar el calentamiento.