El galimatías táctico de Simón no dio resultado en Oviedo

Adolfo Pulgar y Simón Pérez plantearon de forma similar el segundo encuentro de la eliminatoria en relación con el primero, aunque en el caso del técnico trepalense varió de hombres, tratando de repetir lo realizado en la segunda mitad del choque de ida. Pulgar recuperó a Roberto para el once inicial en detrimento de Pablo, que fue su sustituto en el encuentro celebrado en San Andrés la semana anterior. De salida colocó cuatro hombres en la retaguardia, uno por delante, otra línea de cuatro que se desdoblaba con el balón en poder para convertir a dos de sus hombres en medias puntas, y uno arriba. Así, Quinos ocupó el lateral derecho de la retaguardia, Piquer y Jorge el eje de la defensa, y Adolfo el lateral izquierdo, para ser Cabal el pivote defensivo por delante de la misma. Roberto, Jaime, Tomás y Aitor conformaban la línea de cuatro, desdoblándose Roberto y Aitor por bandas en tareas ofensivas, ejerciendo Tomás de media punta, para ser Peláez el hombre más adelantado. Simón Pérez colocó de salida a Fontanillo en la banda derecha; Soto, en la izquierda; y Aláez y Rupi como centrales; con Sergio y Villafañe como medios centros; Alfonso, por banda derecha y Dani, por banda izquierda; para dejar a Alberto y Magdaleno como hombres de vanguardia, lo que hizo que el centro del campo perdiese consistencia, careciese de juego interior y perdiese el teórico potencial de Alfonso, que se encontró fuera de sitio, perdido y sin apenas participar en el juego. En la reanudación el técnico trepalense sorprendió con la sustitución de Sergio por Ballesteros, desplazando a Villafañe a la banda derecha, para colocar a Alfonso más cerca de su posición natural, y aunque éste entró bastante más en juego, el equipo perdió capacidad a la hora de recuperar balones, facilitando mucho más las acciones defensivas de su rival y la conexión con los exteriores a lo largo de toda la segunda mitad. Además, Adolfo Pulgar con el 2-0 como cómputo general de la eliminatoria decidió nadar y guardar la ropa , manteniendo la línea defensiva, reforzando la parcela ancha con cinco jugadores y dejando como única referencia en ataque a Peláez, aunque Aitor y Roberto, primero, y Diego López, su sustituto después, se sumaban por la banda en acciones ofensivas cada vez que su equipo tenía la posesión del balón. Simón Pérez tardó en reaccionar, y la entrada de Alfredo y Valderrey en el terreno de juego fue tarde y, como consecuencia, poco resolutiva, amontonando hombres en ataque, pero sin ninguna efectividad al carecer de juego en la línea de creación y de fluidez en el mismo, al ser incapaces los jugadores trepalenses de dar más de dos pases consecutivos con criterio, lo que provocó que las ocasiones de gol brillaran por su ausencia, haciendo del meta Chema un espectador más en la segunda parte.